El papa Francisco conmovió ayer hasta las lágrimas a muchos legisladores de EEUU en el Capitolio donde advirtió que la crisis de los refugiados y de los inmigrantes constituyen ‘grandes desafíos y decisiones difíciles‘; llamó a combatir ‘cualquier tipo de fundamentalismo‘ y reclamó la abolición de la pena de muerte en el mundo y el tráfico de armas.
Francisco se convirtió ayer en el primer Papa en hablar ante el plenario del Congreso de EEUU, donde pronunció un discurso considerado histórico que fue aplaudido de pie al menos seis veces por los congresistas y autoridades judiciales de EEUU que colmaron el recinto y los balcones. Afuera, una multitud esperaba su bendición.
El Papa sostuvo que el mundo afronta una crisis de refugiados ‘sin precedentes desde la II Guerra Mundial‘, que con el drama de los inmigrantes en el continente americano representan ‘grandes desafíos y decisiones difíciles‘. ‘La gente de este continente no tenemos miedo a los inmigrantes porque la mayoría de nosotros alguna vez fuimos extranjeros. Se lo digo como hijo de inmigrantes‘, agregó en su discurso en inglés.
El pontífice argentino alertó que ‘ninguna religión es inmune al extremismo ideológico‘ e instó a combatir ‘cualquier tipo de fundamentalismo‘ y la violencia perpetrada ‘bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico‘. Además, advirtió sobre el riesgo de combatir esos extremismos con más odio: ‘Imitar el odio y la violencia de los tiranos y los asesinos es la mejor manera de tomar su lugar‘.
El Papa abogó por la abolición global de la pena de muerte, pidió que se mantenga viva ‘la meta de rehabilitación‘ de los presos y reclamó ‘acabar‘ con el tráfico de armas.
Francisco exhortó a esforzarse para evitar los efectos más graves del deterioro ambiental causado por la actividad humana, llamó a adoptar ‘acciones valientes‘ y citó su encíclica ‘Laudato si’‘, al abogar por un progreso ‘más sano, humano, social e integral‘.
‘Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los EEUU y este Congreso están llamados a tener un papel importante‘, manifestó.
El Papa también se refirió al deshielo de las relaciones entre Cuba y EEUU tras 50 años de tensiones y bloqueo estadounidense, al afirmar que ‘cuando los países se abren al diálogo, nuevas oportunidades se abren para todos‘. Francisco fundamentó su discurso en el ejemplo de cuatro ‘ilustres norteamericanos‘: los ‘sueños‘ de libertad de Abraham Lincoln; de libertad vivida en pluralismo y sin exclusión de Martin Luther King; de justicia social y derechos de las personas de Dorothy Day; y la capacidad de diálogo y apertura a Dios de Thomas Merton.
‘Me alegra que EEUU siga siendo para muchos la tierra de los sueños’, adhirió seguido de un aplauso conjunto y de pie de todos los invitados cautivados con los 50 minutos de exposición de Francisco.
El Papa salió luego al balcón del Capitolio y fue ovacionado por la multitud de 50.000 personas reunidas en la explanada. Bendijo a los niños y al pueblo norteamericano, y en un mensaje improvisado pidió a los creyentes que recen por él y a los que no lo son que le deseen cosas buenas. Después el centro caritativo de la parroquia de San Patricio, que asiste a personas en situación de calle y desamparados, donde recordó que como ellos ‘el hijo de Dios vino al mundo como un homeless (sin hogar)‘. ‘No hay ningún motivo para aceptar la falta de alojamiento. Es injusto, pero Dios lo sufre con nosotros. No nos deja solos‘, aseguró.

