La policía catalana desmanteló ayer e intentó desalojar el campamento del Movimiento de los Indignados en la plaza principal de Barcelona, en un operativo que provocó enfrentamientos y casi 90 heridos y terminó con una triunfante reocupación del lugar por los manifestantes.

Los “indignados” catalanes aplaudieron y cantaron victoriosos cuando la policía se retiró del lugar varias horas después del comienzo de la operación, forzados por la presión de miles de manifestantes que acudieron a la plaza. Para entonces, la policía ya había retirado del lugar la infraestructura de los acampados.
La acción policial comenzó a las 7 de la mañana, cuando cientos de efectivos, acompañados por cuadrillas de limpieza municipal, llegaron sorpresivamente a la plaza Catalunya con el argumento de que querían asear el lugar, que está ocupado por manifestantes indignados con la crisis y la clase política desde el 18 de mayo.

Ante la mirada de unos 200 acampados en el centro de la plaza, la policía desmontó y se llevó todos los enseres de los indignados, incluyendo carpas, camas, colchones, mesas, sillas, sillones, cocinas, comida donada y la infraestructura de comunicación.
Hacia las 10.45 se produjeron los primeros incidentes, cuando los uniformados cargaron contra algunos manifestantes que se sentaron en el perímetro de la plaza para tratar de bloquear el paso de los vehículos y la cuadrilla de limpieza. La policía intentó llevarse a algunos a la rastra.

Los manifestantes, que para ese entonces ya denunciaban el operativo de “limpieza” como un intento encubierto de desalojarlos de manera permanente, reaccionaron y se enfrentaron con los policías, que los golpearon con sus bastones. Para las 12, miles de manifestantes que acudieron al lugar comenzaron a ejercer presión sobre dos cordones que había formado la policía, uno central en torno a los aproximadamente 200 acampados en la plaza y otro en su perímetro.

Los agentes se retiraron finalmente pasadas las 13, ante una silbatina y gritos triunfantes de los indignados.
En Madrid, los “indignados” de la Plaza del Sol aplaudieron la osadía de sus pares de Barcelona.

El Movimiento de los Indignados hizo su sorprendente aparición hace unos 10 días con la ocupación de cientos de plazas de ciudades de España para protestar por la grave crisis económica que atraviesa el país y exigir un nuevo sistema político más representativo, cercano al pueblo e independiente de los mercados.