El papa Francisco usará en El Vaticano un cáliz hecho en Argentina y de raíces españolas, como Juan Carlos Pallarols, el artesano orfebre que lo elaborará a partir de un lingote de plata de 1,320 kilogramos que, según dicta la tradición, primero debe ser bendecido en Roma.
Pallarols ya tiene diseñado el primer boceto del cáliz que presentará al Sumo Pontífice mañana en la capital italiana, junto a una cruz y un bolígrafo, también de plata, regalo de dos amigos del hasta ahora cardenal Bergoglio.
‘El diseño trata de ser un dibujo simple, un cáliz sencillo de forma, aunque seguro que Francisco lo va a modificar para simplificarlo aún más‘, explicó ayer el orfebre. Aun así, Pallarols, descendiente de una familia de artesanos catalanes que trabajaron para los papas León XIII, Pío XI y Pío XII, le propondrá que la decoración principal ‘sean los golpecitos de los millones de personas que van a participar en su elaboración‘.
‘Que sea como un martillado muy fino, como símbolo de eso que dice él de que vamos a empezar a trabajar todos juntos y a empujar hacia el mismo lado‘, dijo. La primera parte de la transformación del lingote de plata en cáliz durará entre 3 y 4 meses, ‘dependiendo del martillado y la decoración‘. ‘Una vez conseguido el espesor adecuado -proceso que se realiza en una hora-, se le da forma a la copa durante 3 o 4 días‘, explicó Pallarols.
El acabado final dependerá de la cantidad de gente que lo ‘puntee‘. ‘El número de personas es ilimitado. Lo puede hacer una sola o miles‘, señaló.
El cáliz que usará Francisco para celebrar sus homilías iba a formar parte de una exposición que abrirá sus puertas el próximo mayo en el Vaticano. Después, la copa sagrada se quedaría como recuerdo en la galería de la Santa Sede.
‘Cuando renunció Benedicto XVI pensamos que fuera para el nuevo Papa, y finalmente va a ser para un Papa argentino, al que conocemos, con el que tenemos cierto grado de amistad y del que sabemos sus gustos‘, indicó.
Pallarols conoce al nuevo Papa desde antes de que fuera cardenal, cuando era rector de la Universidad del Salvador, en Buenos Aires. ‘Después, cuando empezó a ser más conocido y viajó a Alemania trajo unas estampitas de la virgen de Saint Denis. De ellas hicimos el cuño y fue la primera medalla que se hizo en el mundo en relieve. Sería muy bonito que el cáliz llevara una copia de esa medalla‘, dijo. ‘Hemos paseado, convivido, salido a comer y siempre se mostró como una persona muy sencilla. A mi me decía: ’no me digas monseñor, dime Jorge’.
Tras viajar a Roma para presentar el boceto al nuevo papa, Pallarols regresará a Buenos Aires para ponerse manos a la obra. ‘Vamos a tratar de, sin ponerle el escudo de San Lorenzo de Almagro, que es poco litúrgico, hacer algo que a él le deje muy contento‘, bromeó.