El Papa Francisco celebró ayer una misa multitudinaria en el Madison Square Garden de Nueva York, en la que se refirió a las grandes ciudades que presentan ‘pluralidad’ pero, que a su vez, ‘esconden el rostro de tantos que parecen no tener ciudadanía o ser ciudadanos de segunda categoría’.
El Pontífice señaló que ‘en medio del smog la presencia de Dios sigue caminando’ en la ciudad, logrando uno de los aplausos de la noche por parte de los más de 20 mil seguidores que desde horas del medio día comenzaron a llegar al gran estadio neoyorquino.
‘Las grandes ciudades son recuerdo de la riqueza que esconde nuestro mundo: la diversidad de culturas, tradiciones e historias’, dijo el pontífice en su homilía.
Ante varias pantallas gigantes que iban traduciendo al inglés sus palabras, el santo padre hizo mención a los inmigrantes.
Las grandes ciudades ‘esconden el rostro de tantos que parecen no tener ciudadanía o ser ciudadanos de segunda categoría’, dijo mencionando que ‘bajo el ruido del tránsito, quedan silenciados tantos rostros por no tener derecho a ciudadanía’. Por ‘no tener derecho a ser parte de la ciudad ‘los extranjeros, los hijos de estos (y no sólo) que no logran la escolarización, los privados de seguro médico, los sin techo, los ancianos solos quedando al borde de nuestras calles, en nuestras veredas, en un anonimato ensordecedor’. Estos individuos, continuó el líder del Vaticano, ‘se convierten en parte de un paisaje urbano que lentamente se va naturalizando ante nuestros ojos y especialmente en nuestro corazón’.
La misa, dictada en latín, español e inglés y de cerca de dos horas de duración, fue el último evento de la intensa agenda que llevó adelante Francisco en la Gran Manzana y que continuará este fin de semana en Filadelfia.
Antes de la celebración en el estadio neoyorquino se llevó adelante un show a cargo de un grupo de artistas famosos, como la cantante cubano-americana Gloria Estefan.
Antes de la misa en el Madison, el Papa tuvo su baño de multitudes cuando unas 80.000 personas lo acompañaron en la procesión por el Central Park de Nueva York. Gente entusiasta de todas las edades no paraba de corear lemas como ‘Francisco, Francisco, el mundo está contigo‘ durante el recorrido por el parque más imponente de la Gran Manzana de más de 4 km.
El Papa se desplazó abordo del papamóvil, un Jeep con vidrios antibalas. Los que pudieron asistir al recorrido papal, que se prolongó por unos veinte minutos, accedieron gracias a ganarse los boletos en una lotería.

