Tres años de cacería acabaron el 11 de mayo de 1960 cuando la inteligencia israelí capturó en Argentina al "arquitecto del Holocausto": Adolf Eichmann, quien se convirtió en el único nazi ajusticiado en Israel por el asesinato de seis millones de judíos durante aquel histórico genocidio.

Además de ser el episodio que más conmocionó a la sociedad israelí, su captura fue considerada por el Gobierno argentino de Arturo Frondizzi como un secuestro cometido por Israel, acusada de haber violado la soberanía de Argentina.

Eichmann, que fue capturado hace medio siglo sin que Israel formulara ningún pedido de extradición a Argentina, era jerarca de la SS (la policía militar del régimen alemán nazi). Estaba encargado de la logística del transporte de millones de judíos desde los guetos hacia los campos de concentración y de exterminio, facilitando la identificación de los habitantes. Esto se hacía confeccionando la lista de personas a deportar, inventariando sus bienes, etc.

Además de haber organizado en 1942 la conferencia de Berlín, en la que se decidió la "solución final" para los judíos, Eichmann llegó a ordenar el arresto de "todos los judíos argentinos" que vivieran en los territorios ocupados por los nazis.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial cayó prisionero, huyó a los bosques alemanes y en 1950 entró a Buenos Aires con un pasaporte italiano falso a nombre de Riccardo Klement, donde fue recibido por grupos filonazis con buena llegada al gobierno de Perón. Vivió en Barracas, puso un taller mecánico en Palermo, se mudó a Tigre y luego se afincó en Tucumán, donde trabajó como hidrógrafo. En 1952 se reencontró con su familia, y un año después se mudó a Buenos Aires. Vivió en La Lucila y en San Fernando, trabajó como mecánico en la fábrica de calefones Orbis y en la planta de camiones de Mercedes Benz.

El 11 de mayo de 1960, el Mossad (agencia de inteligencia israelí) lo secuestró en San Fernando para trasladarlo en secreto a Israel y terminar ejecutándolo en 1962. Para capturarlo en Buenos Aires, un comando de espías israelíes lo emboscó a su regreso del trabajo que tenía como técnico en Mercedes Benz. La captura ocurrió a las 20.05, después de que Klement-Eichmann bajara como siempre del colectivo 203 en la parada de la ruta 202 que quedaba a cien metros de la tapera de la calle Garibaldi, en San Fernando, en la que vivía con su familia.

Entre cigarrillos y botellas de vino lo convencieron de que escribiera y firmara una carta en la que asumía su identidad y aceptaba "voluntariamente" ser trasladado a Israel para someterse a la Justicia. Lo mantuvieron encadenado a una cama nueve días, hasta que la noche del 20 de mayo, drogado y disfrazado, lo llevaron al aeropuerto de Ezeiza, a los empujones.

Si bien lo correcto hubiera sido pedir su extradición, prefirieron secuestrarlo ya que la Argentina, previamente, había rechazado otros pedidos por diversos colaboracionistas nazis. Finalmente, el presidente Frondizi elevó el caso a la ONU, donde el Consejo de Seguridad votó el 22 de junio de 1960 una resolución inocua en la que se instaba a Israel a que indemnizara adecuadamente al país y a que mejoraran "las relaciones bilaterales, históricamente amistosas".

Sin que ningún secuestrador rindiera cuentas ante nadie, el tema fue quedando en el olvido y, para el 3 de agosto, funcionarios de ambas cancillerías se sentaron a conversar y emitieron un comunicado que incluía una disculpa de Israel por haber capturado a Eichmann en Buenos Aires sin avisar a Argentina.