El presidente de EEUU, Barack Obama, y su familia concluyeron ayer su fin de semana en Florida, dentro de su viaje a la costa del Golfo de México para reactivar el turismo en la zona afectada por el derrame de petróleo generado a finales de abril pasado.

Predicando con su ejemplo, Obama se dio el esperado baño en las aguas de las costas del Golfo de México para demostrar que no están contaminadas con petróleo y que las playas están listas para recibir turistas tras el derrame que generó enormes preocupaciones ambientales.

El presidente viajó junto con su esposa Michelle y su hija menor Sasha, a la localidad de Panama City (Florida) para pasar el fin de semana y promocionar el turismo local. En la tarde del sábado pasado, Obama se bañó con su hija en la playa del hotel donde se alojan.

La duda de si lo haría o no estaba en boca de la prensa desde que se anunció que pasaría el fin de semana en el Estado de Florida.