El ministro federal de Defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg, anunció ayer la dimisión de su cargo ante el escándalo surgido tras descubrirse que su tesis doctoral es en gran parte un plagio de numerosos autores que no cita. Guttenberg, de familia aristócrata nacido en Múnich el 5 de diciembre de 1971, pasó en poco tiempo de ser considerado "el delfín" de la canciller Angela Merkel a ser visto como el "barón de las mentiras".

Guttenberg estudió derecho y ciencias políticas y obtuvo el doctorado con una tesis sobre el tema Constitución y Tratado Consitucional. El "barón de las mentiras" asumió en el Ministerio de Economía durante los últimos meses de la gran coalición que gobernó Alemania hasta 2009, ahí ya se empezó a hablar de él como del "delfín" de Merkel.

Antes de ese momento, Guttenberg no había sido muy destacado en la política, pese a que había sido secretario general de la Unión Cristianosocial (CSU), ala bávara (del Estado alemán de Baviera) de la Unión Cristianodemócrata de Merkel.

Después los medios empezaron a tratarlo como si fuera una estrella de pop y para muchos, representaba un político diferente, que traía aire fresco a la política.

Como ministro de Economía, Guttemberg tuvo que afrontar la crisis de Opel (fabricantes de automóviles) y con frecuencia asumió posiciones que se desviaban del consenso de la gran coalición y fueron interpretadas como muestras de independencia y de valentía.

Tras las elecciones de 2009, que marcaron el fin de la coalición y el comienzo de la alianza de la CDU/CSU con el Partido Liberal, Guttenberg dejó el Ministerio de Economía y pasó al de Defensa.

Como tal, Guttenberg sorteó crisis difíciles. La más compleja fue el caso de un bombardeo en Kunduz (Afganistan), ordenado por un oficial alemán y en el que murieron decenas de civiles. El hecho había ocurrido cuando él todavía no estaba al frente de Defensa, pero la política de información de la cartera fue criticada y quedó claro que no se había dicho toda la verdad. El ahora ex ministro cesó a su secretario de Estado y al inspector general de las Fuerzas Armadas y fortaleció con ello su imagen de ser un hombre de decisiones rápidas.

Su "estrellato" fue tan apresurado como su "fracaso", es por esto que los observadores políticos y numerosos medios aseguran que con las acusaciones de plagio Guttenberg se ha enfrentado por primera vez a un caso en el que no podía echar la culpa a otros.

Su partido trató de respaldarlo, al igual que Merkel. Sin embargo, los mismos medios que habían contribuido a convertirle en el máximo político alemán se ensañaron con él. Al comienzo, la estrategia fue reducir el caso a algunos errores en la tesis. Luego, cuando las denuncias aumentaron, el plagio se hizo tan evidente que nadie se atrevió a seguir negándolo. La estrategia fue entonces separar el trabajo académico del político, por esto Merkel afirmó que no había "nombrado un asesor científico sino un ministro de Defensa".

Esa frase llamó al mundo académico alemán a defenderse, con lo que la presión aumentó y el frente de defensa de Guttenberg empezó a resquebrajarse. Sin embargo parece que el problema no era académico sino de credibilidad, ya que las encuestas mostraban que Guttenberg seguía siendo el político más popular de Alemania pero con tendencia a la baja. Y el tema del plagio era el único que se abordaba en torno a ese político.

La dimisión llegó antes de lo que muchos creían, sospechando que Merkel esperaría hasta los comicios regionales del Estado de Baden Württenberg para prescindir del "niño bonito" de su Gobierno.