El mundo fue testigo ayer del histórico despegue de un cohete en EEUU, lo que supone el principio de la comercialización de la órbita terrestre en lo que se espera sea "la nueva era espacial".

Un cohete Falcon 9 de la compañía aeronáutica norteamericana SpaceX, con una nave en la que viajan dos astronautas de la agencia espacial estadounidense NASA, despegó ayer desde Cabo Cañaveral (Florida, EEUU) en el primer vuelo espacial con humanos a la Estación Espacial Internacional (EEI) desde suelo de EEUU en nueve años. Es la primera vez que una empresa privada de EEUU (SpaceX, del magnate Elon Musk) logra concretar una misión con la NASA. También es la primera misión espacial tripulada gestionada por una empresa privada.

A las 15.22 hora local (16.22 de Argentina) el cohete despegó desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy ante la presencia del presidente de EEUU, Donald Trump, después de que el pasado miércoles se cancelara el lanzamiento por cuestiones meteorológicas.

A bordo de la cápsula Crew Dragon, situada en la punta del cohete, viajan Doug Harley y Bob Benhken, dos astronautas que participaron en las misiones de los transbordadores canceladas por la NASA después del viaje del Atlantis en 2011.

Dos minutos después del lanzamiento, el cohete SpaceX Falcon 9 se separó de la cápsula y comenzó su regreso controlado a tierra aterrizando en la cubierta de vuelo de un buque, aprovechando su diseño como propulsor reutilizable.

Se espera que hoy la cápsula Crew Dragon, con los astronautas, llegue a la Estación Espacial Internacional (EEI) para acoplarse a ella. Los astronautas pasarán entre seis y dieciséis semanas realizando investigaciones técnicas y científicas antes de volver a la Tierra.

Este vuelo es una prueba final de SpaceX, del sudafricano Musk: físico y emprendedor que se encuentra en la vanguardia de los viajes espaciales ya que, tal como él mismo aseveró, en el futuro se podrá "estar entre las estrellas".

Es una prueba final para el programa de tripulación comercial de la NASA y proporcionará datos sobre el rendimiento del Falcon 9, la Crew Dragon y los sistemas terrestres, así como de operaciones en órbita, atraque y aterrizaje, informó la NASA.

El vuelo de prueba también revelará datos valiosos para la certificación del sistema de transporte de la tripulación de SpaceX para vuelos regulares que transporten astronautas hacia y desde la EEI.

SpaceX actualmente está preparando el hardware para la primera misión de rotación de la tripulación de la EEl, lo que sucedería después de que se revisen los datos de este vuelo de prueba.

Esta misión abre el camino a la comercialización de la órbita terrestre y, de tener éxito, la NASA certificaría la capacidad de realizar vuelos espaciales de la compañía fundada por Musk, creador también de la compañía de automóviles eléctricos Tesla.

Dicho de otro modo, es la prueba final del programa de vuelos espaciales comerciales que

comenzó cuando la NASA otorgó en 2014 contratos a SpaceX y Boeing para la comercialización de la órbita terrestre para abaratar los costos de los viajes espaciales.

Desde 2011, la NASA se vio obligada a utilizar el sistema de lanzamiento ruso del Soyuz para enviar a sus astronautas a la EEI, pero ahora recupera su autonomía al dejarlo en manos de compañías privadas.

El objetivo final de la NASA es crear un modelo de viajes espaciales comerciales con el que pretenden viajar a la Luna y a Marte gracias al impulso de la industria privada. Para Musk, el lanzamiento representa otro hito para los cohetes reutilizables (su compañía fue pionera en ese aspecto), para hacer que los vuelos espaciales sean menos costosos y más frecuentes. Y marcaría la primera vez que los vehículos espaciales desarrollados comercialmente, propiedad y operados por una firma privada y no la NASA, han llevado a estadounidenses a la órbita.

Orgullo presidencial en Cabo Cañaveral

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, no se perdieron el espectáculo y se desplazaron hasta el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), para ver el despegue en directo, lo que refleja la importancia que le otorga su Administración a la exploración espacial.

Trump, que quiere dedicar 25.000 millones de dólares a la Agencia aeroespacial estadounidense del presupuesto del año que viene, dijo "estar orgulloso tanto de los trabajadores de la NASA como los del sector privado" tras el despegue. "Vamos a ir a la Luna para poder ir hasta Marte", indicó Trump, que es el primer presidente en el cargo que viaja hasta el Centro Espacial Kennedy para ver un lanzamiento en directo desde Bill Clinton en octubre de 1998.

"Estoy dando un suspiro de alivio"


La misión se desarrolla en medio de las restricciones impuestas para contener la pandemia del nuevo coronavirus, lo que obligó a los tripulantes a permanecer en cuarentena durante más de dos semanas.

El jefe de la NASA, Jim Bridenstine, dijo que reanudar los lanzamientos de astronautas estadounidenses en cohetes fabricados en EEUU desde el país es la principal prioridad de la agencia espacial. "Estoy dando un suspiro de alivio, pero también diré que no celebraré hasta que (los astronautas) Bob y Goug estén en casa a salvo", afirmó.

La NASA pidió al público que se mantenga alejado del tradicional punto de observación, aunque esa solicitud no desalentó a los fanáticos de la exploración espacial, que se reunieron allí de todos modos el miércoles durante el primer intento.