Excéntrico y megalómano, el coronel Muammar Kadafi llevó las riendas de Libia por más de 40 años y se convirtió en el líder con más tiempo en el poder en África y en el mundo árabe. En sus años de omnipresente dictadura, el ex presidente estadounidense Ronald Reagan calificó de “perro loco” a Kadafi, el primer líder muerto tras las revueltas de la primavera árabe que pusieron fin a los líderes de Túnez y Egipto.
Nacido en la ciudad libia de Sirte en 1942 y criado en una familia dedicada al pastoreo de camellos, Kadafi logró estudiar para acceder a la Academia Militar, donde aprovechó las enseñanzas de liderazgo y alcanzó el mando absoluto mediante un golpe de Estado el 1 de septiembre de 1969 cuando derrocó al rey Idris Senussi, en el poder desde la independencia del país en 1951.
Su enfrentamiento con EEUU tuvo su episodio bélico con el bombardeo en 1986 de su palacio en Trípoli (capital libia) y la ciudad portuaria de Bengasi por orden del entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, en represalia por un atentado terrorista en una discoteca berlinesa frecuentada por militares norteamericanos.
Kadafi usó el complejo bombardeado de Trípoli, que no fue reparado durante 25 años, para pronunciar uno de sus primeros discursos de guerra, parado al lado de un memorial con la forma de un puño gigante de metal que aplasta un avión de guerra estadounidense.
La escalada tuvo su cénit con la aprobación de sanciones en 1992 por el Consejo de Seguridad de la ONU ante su negativa a entregar a dos sospechosos del atentado contra el avión de Pan Am cuando sobrevolaba Lockerbie (Escocia) en 1988 y en el que murieron 270 personas.
El desmoronamiento de su Yamahiria (República) Árabe Libia Popular Socialista, con una huida con lo puesto de sus más significativos dirigentes, incluida su familia, dejó al descubierto un régimen de represión inerte e incapaz de hacer frente a las columnas de rebeldes que en apenas unas horas pusieron en fuga su defensa capitalina.
Kadafi, que no tenía una función gubernamental oficial, era conocido como el ‘líder fraternal y guía de la revolución‘. Luchó por incrementar el poder de África y destinó miles de millones de dólares de ingresos petrolíferos a sus vecinos más pobres, lo que le permitió presentarse como el ‘Rey de Reyes‘ del continente.
Su amor por los grandes gestos se vio especialmente en sus visitas al extranjero, cuando dormía en una tienda beduina vigilada por decenas de guardaespaldas femeninas.
Durante una visita a Italia en agosto del año pasado, su invitación a cientos de mujeres para que se convirtieran al Islam empañó una visita de dos días que pretendía cimentar los lazos cada vez más estrechos entre Trípoli y Roma, antigua potencia colonial.
Un cable diplomático publicado por The New York Times describe la insistencia de Kadafi en quedarse en el primer piso cuando visitó Nueva York para una reunión en el 2009 en las Naciones Unidas y su supuesto rechazo o incapacidad para subir más de 35 peldaños.
También se dice que confiaba mucho de su personal de cuatro enfermeras ucranianas, incluida una descrita como una ‘rubia voluptuosa‘. El cable especulaba con una relación amorosa, pero la enfermera de 38 años, huyó de Libia tras el estallido de la guerra.
Tras llegar al poder, formuló su ‘tercera teoría universal‘, a medio camino entre el capitalismo y el comunismo. Antes de morir, sus allegados decían que Kadafi estaba convencido de que podía volver al poder, pese a la lucha de la resistencia. De todos modos, antes que abandonar su tierra prefería morir ‘como un mártir‘.

