El papa Francisco reconfortó ayer a la minoría cristiana de Egipto con una misa multitudinaria en la que la palabra ‘paz‘ fue la más repetida, en un estadio blindado por los militares por el miedo al terrorismo que ha golpeado recientemente a esta comunidad.
En su homilía, Francisco afirmó ayer en Egipto que ‘a Dios solo le agrada el extremismo de la caridad‘ y convocó a cristianos y musulmanes ‘a vivir la cultura del encuentro‘.
‘A Dios sólo le agrada la fe profesada con la vida, porque el único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada‘, sentenció el Pontífice en el Estadio Air Defence de El Cairo, donde celebró misa para unos 15.000 fieles, el único baño de masas que tuvo el Papa en este viaje a Egipto, un país de mayoría musulmana.
‘La verdadera fe es la que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos‘, agregó Jorge Bergoglio, en la celebración que marcó el inicio de la etapa pastoral de su visita, tras haber dedicado el primer día a los encuentros con El-tayeb y con el representante del mayor grupo cristiano del país, el papa corto-ortodoxo Teodoro II. De todas formas, hubo además peregrinaciones a nivel individual de representantes de diversas iglesias cristianas.
El Pontífice inició la celebración con un recorrido de 20 minutos en un papamóvil improvisado a bordo de un auto de golf mientras un coro entonaba ‘El Cántico de las criaturas‘, la alabanza a San Francisco de Asís como homenaje al encuentro que en 1219 mantuvo el santo con el sultán Samil Al-Kamil, que muchos consideran un paralelismo con el abrazo que el viernes Bergoglio se dio con su ‘hermano‘ El-Tayeb.
‘La fe verdadera, aseveró el obispo de Roma, ‘es la que anima los corazones para llevarlos a amar a todos gratuitamente sin distinción y sin preferencias, es la que nos hace ver al otro no como a un enemigo a derrotar sino como a un hermano para amar, servir y ayudar‘. Ante un estadio a medio llenar en un país en el que los católicos son apenas el 0.31% de la población, Francisco resaltó que ese tipo de fe ‘es la que nos lleva a difundir, a defender y a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad‘.
Con un imponente operativo de seguridad por toda la ciudad, que incluye patrullaje marítimo por el Nilo y miles de agentes de civil y de uniforme por las esquinas de El Cairo, Francisco había llegado minutos después de las 9 locales (4 de Argentina) al estadio ‘30 de junio’, en honor a un ataque aéreo contra Israel en ese día de 1970.
La misa significó, además, el primer gran encuentro de masas tras la mortal estampida luego de una serie de choques entre hinchas y policías que en febrero de 2015 provocó 22 muertos durante un partido de la Primera División del fútbol egipcio, y que obligó a suspender el campeonato por varios meses. Durante toda la ceremonia fue constante el ruido de helicópteros, que hicieron continuos vuelos rasantes a la vista del público del recinto deportivo, que está en una de las zonas más seguras de El Cairo.