­EEUU lideraba ayer la presión internacional para obligar al presidente Hosni Mubarak a ceder a las demandas de los egipcios por una democracia, pero había pocas señales sobre la posición de los militares a su mandato de 30 años, por el momento.

Las protestas en Egipto contra Mubarak continuaban y mientras sus aliados occidentales llamaban a reformas políticas en el país, él se reunió con la cúpula militar, que podría definir el futuro del presidente egipcio.

Los disturbios, en los que han muerto más de 100 personas, remecieron a Oriente Medio y asustaron a los mercados financieros en todo el mundo.

Las tropas han permitido a los egipcios protesten contra los 30 años de autocracia de Mubarak, aunque los generales aún tienen que mostrar si se mantendrán con él o no.

Miles se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para aclamar a Mohamed El Baradei, Premio Nobel de la Paz y diplomático retirado, como el hombre que lidere una transición a la democracia, una reforma que los aliados de Mubarak, EEUU y Europa, también han exigido.

"El cambio va a llegar en los próximos días", dijo El Baradei a la multitud, quienes nuevamente desafiaron un toque de queda nocturno y circulaban con facilidad con soldados en tanques mirando pacientemente.

"Se han recuperado sus derechos y lo que han comenzado no puede dar marcha atrás", afirmó. "Tenemos una sola demanda, el fin del régimen y el inicio de una nueva era, un nuevo Egipto", dijo.

No se vio lo niveles de violencia de los días previos.

El Baradei, solicitando el apoyo de grupos de oposición, dijo que tenía un mandato para hablar con el ejército y organizar la formación de una coalición de unidad nacional. Llamó al presidente de EEUU, Barack Obama, a "cortar el soporte vital al dictador".

El presidente estadounidense se mantuvo cauto sobre abandonar a un aliado clave en Oriente Medio, aunque instó a una reforma en el gobierno de Egipto para tomar más en cuenta la opinión popular.

"El presidente Obama reiteró su enfoque de oponerse a la violencia y llamó a la moderación; apoyando a los derechos universales, incluyendo el derecho de reunión pacífica, asociación, y expresión y el apoyo a una transición ordenada a un Gobierno que responda a las aspiraciones del pueblo egipcio", dijo.

Mientras El Baradei, de 67 años, se dirigía a una multitud en El Cairo, miles gritaban: "El pueblo quiere que el régimen caiga".

Para muchos egipcios una preocupación más inmediata que las repercusiones de la protesta son los saqueos y un quiebre en el orden desde que la policía abandonó las calles el viernes y los soldados se dedicaban a proteger sólo edificios clave.

Líderes de todo el mundo han hecho llamados para que Mubarack no utilice la violencia contra los manifestantes y preste atención a los pedidos de democracia en el país.