El rascacielos One World Trade Center tocó ayer el cielo de Nueva York al quedar instalada la antena que lo convierte oficialmente en el techo de América, más de once años después de que los terroristas cambiaran para siempre la silueta de la Gran Manzana a golpe de aviones suicidas.
Los operarios de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey instalaron a primera hora de la mañana la antena con forma de espiral que eleva la altura del imponente edificio hasta 1.776 pies (541 metros), en honor al año de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Oficinistas y curiosos se acercaron otra vez hasta la zona cero para presenciar otro pedazo de la historia reciente de Nueva York, y el momento se vivió con emoción ya que para muchos neoyorquinos el One World Trade Center es la mejor respuesta a los terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.
‘Hoy es un día de orgullo para nuestra ciudad y nuestro estado al coronar el One World Trade Center. Un hito que simboliza el resurgimiento y la resistencia de nuestro estado y de nuestra nación‘, afirmó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Por su parte, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, dijo que lo ocurrido ayer es el mejor tributo a las víctimas del 11S y a los ‘héroes‘ que respondieron a la tragedia. ‘Todavía queda trabajo por hacer, pero hoy nos paramos por un momento para celebrar este triunfo del espíritu americano‘.
Días atrás, los operarios alzaron la antena, que pesa unas 800 toneladas y mide unos 124 metros, hasta una plataforma en el techo del rascacielos en un día que también estuvo cargado de gran simbolismo porque coincidió con el segundo aniversario de la muerte de Osama Bin Laden.
Una vez convertido en el edificio más alto del continente americano, ahora los operarios deberán concluir las obras para que pueda abrir oficialmente sus puertas el próximo año, donde se instalarán empresas como la editorial Conde Nast o la firma Vantone Holdings China Center. Las obras del rascacielos, de 104 plantas, comenzaron en 2006 y la factura subió hasta unos 3.000 millones de dólares, según cálculos oficiales que incluyen la aguja, que servirá de antena de telecomunicaciones.