La derecha política chilena buscaba ayer una salida de la encrucijada en que se enredó tras la renuncia de su candidato presidencial, Pablo Longueira, a cuatro meses de las elecciones del próximo 17 de noviembre para las cuales la exmandataria, Michelle Bachelet es favorita.
Longueira anunció a través de sus hijos que abandonaba la carrera hacia La Moneda por un cuadro de depresión severa, con lo cual sembró el pánico en la oficialista Alianza por Chile, que según los analistas ve crecer la posibilidad de perder el Gobierno tras el mandato del actual presidente, Sebastián Piñera.
Pablo Longueira, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), fue ungido candidato presidencial oficialista tras ganar el pasado 30 de junio las primarias del sector a Andrés Allamand, del partido Renovación Nacional (RN), al que pertenece Piñera. El sorpresivo retiro de Longueira golpeó fuerte a los partidos de la coalición gobernante. Con la expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010), candidata de la oposición y favorita de todas las encuestas para ganar en noviembre en primera vuelta, quien recoja los emblemas de Longueira en el oficialismo tendrá ‘una tarea titánica‘ en un escenario ‘tremendamente adverso‘, dijo ayer el politólogo Carlos Hunneus. En ese contexto, los dirigentes de la UDI y de RN buscaban ayer salidas a la crisis entre un guirigay de opiniones, entre las que también ha tomado cuerpo la idea de que cada agrupación levante su propio candidato presidencial, justo lo que no quiere Piñera.
Piñera se declaró ayer a favor de que el oficialismo lleve un candidato único y nominó a que su ministra de Trabajo, Evelyn Matthei, porque le parece una opción más ‘razonable‘.
Piñera sugirió además realizar una nueva primaria, que debería ser informal, para designar un nuevo candidato y pidió a los dirigentes de ambos partidos ‘pensar en grande en este momento‘.
La Ley de Elecciones Primarias establece que si un candidato a presidente ya consagrado renuncia a la postulación, los partidos que integran la coalición que lo impulsó “quedarán liberados para designar” su reemplazante “de acuerdo a sus estatutos” y a las disposiciones de las leyes orgánicas constitucionales de Partidos Políticos. El art 38 de la norma faculta a las agrupaciones a “nominar a cualquiera de los candidatos que participaron en la primaria o a otra persona si así lo deciden”.
La ministra propuesta por Piñera es conocida por su carácter fuerte y suele emplear un lenguaje callejero, incluidos insultos de alto calibre, cuando polemiza con otros políticos.