El Papa Francisco cumple este domingo 81 años, se trata del quinto cumpleaños que celebra desde que fue elegido Pontífice de la Iglesia Católica.

Francisco no podía faltar a su cita dominical de los domingos: el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico junto a miles de fieles en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, antes realizó una emotiva visita al Dispensario Santa Marta para saludar a los niños a los que ayudan, y celebrar con ellos su cumpleaños.

Por tanto, los niños fueron los organizadores de una fiesta muy especial. El Santo Padre se trasladó hasta el Aula Pablo VI y allí pasó una hora con los pequeños y sus familias. Cantaron, aplaudieron y en lugar de comer torta disfrutaron una pizza margarita de unos 4 metros preparada para la ocasión por un pizzaiolo napolitano, Vincenzo Staiano, quien puso además sobre ella una única vela que después Francisco sopló ante la alegría de los niños.

También hubo 81 globos de colores, así como juegos y bailes que el Papa pudo admirar. Los niños del Dispensario Pediátrico Santa Marta proceden de todo el mundo y hacen uso de este centro que pertenece al Vaticano.

El Dispensario ayuda a las familias en dificultad, que poseen niños, sin distinción de raza o religión, que no cuentan con la tarjeta sanitaria italiana que les concede acceso público a la sanidad del país.

En el festejo, el Papa aseguró: “La alegría de los niños es un tesoro. Debemos hacer lo que sea para que ellos se sientan siempre alegres, porque la alegría es como una tierra buena que hace crecer bien la vida, con buenos frutos. Y por eso se hace esta fiesta: se busca siempre la cercanía de la Navidad para encontrarnos, para hacer esta fiesta para ellos”.

El Papa también dijo que para que crezcan felices los niños “deben hablar con los abuelos”. “Los dos extremos de la vida, porque los abuelos tienen memoria, tienen raíces, y serán los abuelos quienes den las raíces a los niños”.