Japón sufrió ayer el peor terremoto en 140 años, con un tsunami de 10 metros en la costa noreste del país que dejó centenares de muertos y miles de desaparecidos, arrasó todo lo que halló a su paso incluyendo casas, autos, granjas y embarcaciones. Además, las autoridades declararon la emergencia nuclear y se disparó la alarma en el continente americano, donde olas de más de tres metros afectaban anoche a los países cuyas costas son bañadas por el océano Pacífico.

Según la televisión NHK, el terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter, es el mayor en la historia de Japón, con una magnitud superior al de 7,9 grados que en 1923 acabó con la vida de 140.0c0 personas.

El movimiento telúrico se ubicó en el Pacífico, a 130 kilómetros del puerto japonés de Sendai, tuvo una profundidad de 24,4 kilómetros y ocurrió a las 14,45 hora de Japón, 2.45 de la madrugada de Argentina.

Desde el Inpres, descartaron un terremoto de estas características en San Juan, -ver página 24-.

El tsunami japonés causó olas de hasta diez metros que arrasaron viviendas, automóviles, avionetas y hasta barcos y trenes, cuyos pasajeros figuran en la lista de al menos 88.000 desaparecidos que citan los organismos oficiales.

En Tokio, la policía dijo que al menos 384 personas murieron, 707 están desaparecidas y 947 heridas aunque se trata de cifras totalmente parciales. Por su parte, la agencia Kiodo habla de no menos de 1.000 víctimas fatales.

El temblor fue percibido en todo el país pero en Tokio los rascacielos oscilaron algunos minutos y millones de personas salieron a las calles en busca de refugio de uno de los movimientos telúricos mas devastadores de los últimos años y que conmocionó al mundo.

En toda la jornada ocurrieron no menos de cien réplicas, la más importante en la provincia occidental de Nagano, donde el terremoto alcanzó los 6,6 grados en la escala de Richter.

Todos los puertos del país fueron cerrados y las operaciones de descarga bloqueadas, mientras que las autoridades reportaron cuatro trenes operativos en la zona costera de las prefecturas de Miyagi e Iwate que fueron dados por desaparecidos.

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, declaró el estado de emergencia mientras el Ministerio de Defensa envió 300 aviones y 40 barcos a las áreas afectadas, más 8.000 hombres de las fuerzas de autodefensa. Al mismo tiempo, se declaró el estado de máxima alerta para las centrales nucleares, aunque las autoridades declararon que en principio no hay riesgo de fuga de material radioactivo de la de Fukishima, la número uno del país que se encuentra en la región afectada.

Sin embargo, el umbral normal en el nivel de radioactividad registrado en la central mencionada se incrementó mil veces, según dijo la BBC.

Esta era una de las 11 centrales activas en el momento del sismo, que no se apagó automáticamente.

Las autoridades dispusieron la evacuación de la población situada unos 10 Km a la redonda de la central nuclear, con lo que fue la primera vez que se debe trasladar gente en Japón por una alarma nuclear.

Al menos 300 cadáveres fueron encontrados sobre una playa de Sendai, en la isla de Honshu, noreste de Japón, embestida por el maremoto.

La ciudad de Kesennuma, un pequeño centro de 74 mil habitantes en el noreste de ese país, resultó afectada por incendios y un tercio de su territorio está sumergido después del terremoto y del tsunami, mientras que en Sendai alrededor de 1.200 casas fueron destruidas por el tsunami y el barro que arrasó el lugar.