Buenos Aires, 9 de julio.- El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, conversó este jueves al mediodía durante más de una hora con el desplazado mandatario constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, y se aprestaba a recibir a quien los golpistas pusieron al frente del Ejecutivo, Roberto Micheletti.

La reunión entre Arias y Zelaya fue la primera del proceso de mediación que busca hallar una solución a la crisis política de Honduras y que, según anticipó el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, no durará más de 48 horas.

En el encuentro, que duró más del doble de lo previsto, Arias y Zelaya conversaron sobre la agenda y la metodología de este proceso de diálogo que tiene el propósito de generar una conversación entre el presidente constitucional depuesto y su reemplazante de facto, informó la agencia noticiosa alemana DPA.

Luego de esa primera reunión, que finalizó cerca de las 13.15 locales (las 16.15 en la Argentina), se esperaba la llegada de Micheletti a la residencia de Arias, en el sector oeste de San José.

Desde su llegada a San José, poco antes de este jueves al mediodía, Micheletti permaneció en el aeropuerto Juan Santamaría y sólo lo abandonó una vez que se enteró de que la primera conversación entre Arias y Zelaya había terminado.

Arias estaba acompañado por cuatro de sus ministros y por su amigo personal John Biehl, informó la agencia italiana ANSA. Biehl es un abogado y diplomático chileno que en los años 80 asesoró a Arias para el plan de paz en Centroamérica por el que el mandatario costarricense ganó el Premio Nobel de la Paz y que a fines de los 90 fue secretario general de la Presidencia de su país, durante el mandato de Eduardo Frei.

El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, había pedido paciencia antes de iniciar este jueves una mediación entre el presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, y Roberto Micheletti, al frente del gobierno de facto en ese país.

Habrá que ser "un poquito pacientes", dijo Arias, quien se propuso como mediador para superar la crisis política hondureña, alternativa aceptada por las partes y apoyada por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el pasado miércoles.