"Los sanjuaninos tenemos la idea de que para que un lugar sea seguro debe estar construido como lo construimos nosotros", dijo María Eugenia, una sanjuanina que ayer vivió el terremoto en Tokio. A su vez Fernando Palacio y Hugo Hamasaki, quienes también charlaron con DIARIO DE CUYO, aseguraron que lo más sorprendente es la preparación de los japoneses ante una tragedia de estas características.
"Si no hubiese sido por tsunami, Japón no sufría graves consecuencias", dijo Hugo que vive en Shizuoka a 200 kilómetros de Tokio. En la misma línea Fernando, que es investigador y vive en la capital japonesa, destacó la buena construcción de los edificios nipones y la tranquilidad con la que actúan los ciudadanos.
Hugo estaba trabajando cuando comenzó el sismo, la fábrica en la que se desempeña paró y todos salieron a un patio externo.
Con sus 39 años, contó que "como vimos que el movimiento siguió, salimos. Acá es algo normal, está todo coordinado, unos quince minutos después del temblor seguimos trabajando".
Durante la comunicación Hugo resaltó que las fábricas japonesas están muy informadas y siempre en alerta ante este tipo de sismos. "Empiezan a sonar las sirenas y se debe desalojar", añadió el sanjuanino.
Con respecto al funcionamiento de la prevención y de la actuación durante un terremoto, Hamasaki explicó que "ellos saben qué hacer durante y después del sismo, y lo sorprendente es que lo cumplen con tranquilidad y orden". Además agregó que todos los años, generalmente en octubre, los bomberos visitan todas las escuelas y enseñan cómo proceder. En otros lugares como en los barrios tienen una especie de turnos para los entrenamientos. "En los predios (barrios) del Estado, los entrenamientos son obligatorios", agregó Hugo.
Por otra parte Fernando Palacio dijo que "la gente en Tokio, está preparada, acá hay sismos todo el tiempo, la diferencia es que esta vez fue mucho más largo más fuerte". A esto agregó que sin embargo después lo sorprendió "el colapso de los teléfonos, los trenes que no funcionaban, y los taxis y colectivos estaban a full, las casas quedaron sin gas. Mucha gente durmió en su oficina".
Fernando de 34 años se admiraba también de la "preparación mental que tienen los japoneses, ellos no entran en pánico son muy controlados podés ver sus caras heladas pero no tienen terror". Además aseguró que muchos de ellos en vez de salir corriendo, la gran mayoría, "sacó sus celulares y empezó a filmar cómo se movían los edificios".
Palacio dijo que "en Tokio el sismo se sintió como de 6,5 grados, pero que la construcción no se vio afectada".
"Si yo tengo que vivir un terremoto quiero estar en San Juan o Tokio’, dijo Fernando y añadió "en San Juan los edificios son firmes tienen un encadenado fuerte, en Japón tienen una construcción flexible, pero muy bien preparada. Por ejemplo, cada medidor de gas corta automáticamente cuando percibe un terremoto".
Además dijo que están muy bien señalizadas las vías de escapes en la ciudad, está bien preparada la distribución de agua, alimentos, cobertura médica y abrigo, "en el momento en que te mudas de barrio lo primero que te dan es un panfleto que dice donde tenés que ir en un terremoto".
Eugenia debutó en Japón con el sismo. Es que la chica sanjuanina llegó horas antes del sismo a Tokio para visitar a su primo Fernando. El temblor sorprendió a los primos paseando. Eugenia destacó lo increíble que es "ver cómo se mueven edificios tan altos, que son cómo cajitas de zapatos y que no sufren ni una rajadura". La sanjuanina resaltó la "cierta" indiferencia de los japoneses quienes a los pocos minutos del sismo "seguían paseando por el parque, como si nada". "Recuerdo el terremoto del "77 pero no me acuerdo de ver ondularse la tierra de esa forma", concluyó la sanjuanina.