El ex guerrillero tupamaro, José Mujica, le dio ayer a la izquierda de Uruguay un histórico segundo mandato consecutivo al ganar la Presidencia con más del 50% de los votos con la promesa de consolidar la exitosa política económica del actual Gobierno y evitar alinearse con los sectores más radicales de Sudamérica.

El propio mandatario electo descartó cualquier cambio brusco en la línea seguida por el mandatario saliente, Tabaré Vázquez, un socialista moderado que agradó a los inversores.

Apenas se conocieron los bocas de urnas Mujica, anunció su intención de gobernar con los ciudadanos y lanzó un mensaje conciliador a los partidos derrotados, a los que pidió trabajar juntos por el país. Por su parte, el otro protagonista del ballotage, Luis Lacalle, dijo que había que "aceptar y razonar" que el candidato del Frente Amplio es "nuestro nuevo presidente", al tiempo que prometió ser "custodio" de las instituciones.

"Hay de aquellos que no se dan cuenta de que el poder no está arriba sino en el corazón de las grandes masas", afirmó el ex guerrillero de 74 años en un discurso ante la multitud congregada en el cuartel de su partido, después de ganar con entre el 51,5 y el 50,1% de los votos, según los primeros sondeos.

El acto duró pocos minutos por el temporal de viento y lluvia que se desató, que empapó no solo a los militantes del Frente Amplio, el partido de Mujica, sino al virtual ganador de la elección mientras hablaba en un estrado.

Emocionado, Mujica prometió continuidad en el proyecto gubernamental a Tabaré Vázquez, que fue a saludarlo tan pronto se conocieron los primeros resultados extraoficiales.

Vázquez se convirtió en 2005 en el primer presidente de la izquierda de la historia uruguaya, dominada por la opción de centro-derecha del Partido Colorado durante casi 170 años y solamente cuestionada antes por el conservador Partido Nacional (Blanco).

"El sentido común nos dice: ‘si esto ha andado bien, para que toquetearlo’", dijo Mujica esta semana al presentar a los miembros de su eventual equipo económico.

Mujica insistió en que no hará experimentos en el área económica y continuará una política que busca la confianza para las inversiones, "porque el nervio central de nuestro desarrollo se llama inversión".

"Si esto nada bien para que tocarlo", expresó.

El carismático dirigente de gran atracción entre los más jóvenes y pobres ha indicado que su objetivo será llevar el nivel de inversiones al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) y una expansión económica similar en cinco años de Gobierno.

El área económica será supervisada por el vicepresidente electo Danilo Astori, ex ministro y artífice de la política económica del Gobierno de Vázquez, que salvó a Uruguay de caer en una recesión por la crisis financiera global.

La economía uruguaya tendría en el 2009 su séptimo año consecutivo de crecimiento, con una expansión prevista del PIB del 1,2%, mientras la inflación ha permanecido encontrada, previéndose que oscile en el 6%.