La jefa de Gobierno alemana, la conservadora Angela Merkel, pondrá en juego la fortaleza de su gobierno de centroderecha en la elección de hoy del presidente de la República Federal.
La coalición demócrata cristiana-liberal propone al gobernador del Estado Federado de Baja Sajonia, Christian Wullf, mientras que la oposición de centro izquierda lleva como candidato al teólogo y ex disidente de la extinta República Democrática Alemana (RDA) Joachim Gauck.
De 70 años, teólogo e impecable orador, Gauck tiene a su favor las simpatías ciudadanas, de los medios y hasta de un sector de las coalición de centro-derecha de la canciller, quien a su vez se ha deshecho en halagos hacia el candidato rival.
La votación la realiza una cámara especial (Asamblea Federal) conformada por diputados y senadores, es decir, es una elección realizada de forma indirecta por 1.244 electores.
La elección se precipitó por la sorpresiva renuncia, hace un mes, del hasta ahora presidente, Horst Köhler, quien había sido reelegido hace tan sólo un año atrás para cumplir un segundo mandato.
La primera prueba electoral que afrontó Merkel -luego de su victoria en las generales de septiembre- fue el mes pasado en el Estado Federado (Land) de Renania del Norte Westfalia, donde perdió a manos del Partido Socialdemócrata. Justamente fue en ese Land donde la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Liberal (FDP) había iniciado una alianza que los llevó al gobierno de Berlín el año pasado. Si bien el electorado no participa de la elección presidencial, un resultado ajustado o negativo para la Canciller puede derrumbar aún más la popularidad de la mandataria, a pesar de que el año pasado la misma rondaba el 60 por ciento.
Köhler decidió abandonar el cargo por las polémicas declaraciones en las que relacionó las intervenciones militares alemanas en el exterior con la defensa de intereses comerciales y económicos.
