Los candidatos a las elecciones generales en Japón finalizaron ayer sus campañas, mientras que, según las encuestas, los votantes se inclinarán hoy por un cambio histórico a favor del Partido Democrático de Yukio Hatoyama.

Una clara victoria del Partido Democrático de Japón pondría fin a más de medio siglo de mandato casi ininterrumpido por parte del conservador Partido Liberal Democrático y terminaría con un estancamiento en el Parlamento, donde la oposición y sus aliados controlan la menos poderosa Cámara alta.

Los dos principales candidatos, Hatoyama y Taro Aso, del gubernamental Partido Liberal Demócrata (PLD), en liza por gobernar Japón los próximos cuatro años, ayer ponían punto y final a las 20.00 horas a una campaña de 12 días, sin jornada de reflexión.

Hatoyama, favorito en todas las encuestas, volvió a pedir ayer la confianza de los votantes para que se produzca un cambio político histórico en Japón, gobernado desde 1955 por el PLD con un breve lapso de menos de un año en 1993.

El líder del PD cuenta con el respaldo de todas las encuestas, que le dan, en su mayoría, el doble de votos que a su rival del PLD, lo que se traduciría en algo más de 320 escaños de un total de 480 en la Cámara Baja de la Dieta (Parlamento japonés). Por el contrario, la prensa local prevé un batacazo sin precedentes para el PLD, que obtendría un centenar de escaños, 200 menos de los que poseía en la Cámara Baja antes de su disolución a finales de julio.

El diario Yomiuri da en su última encuesta del período electoral el 42% de intención de voto al reformista PD de Hatoyama, mientras que el PLD sólo consigue el 21%.