En su primera visita a la "Zona Cero" como presidente de EEUU, Barack Obama dio consuelo ayer a los norteamericanos en la ciudad de Nueva York, donde aún no cicatrizan las heridas de los ataques del 11 de septiembre del 2001.
El mandatario visitó el sitio donde se encontraban las Torres Gemelas del World Trade Center, derribadas tras el atentado de hace casi 10 años atrás. La ceremonia de ayer ocurrió cuatro días después de que EEUU matara al terrorista Osama Bin Laden, el hombre que estuvo detrás de aquel mortal ataque ocurrido en 2001.
Tres días después de que aviones de pasajeros secuestrados por seguidores de Bin Laden se estrellaran contra las Torres Gemelas en 2001, el por entonces presidente George W. Bush estuvo con los trabajadores que removían escombros y declaró: "Quien derribó estos edificios pronto sabrá de nosotros".
Casi una década después, cerrando el círculo de esa histórica visita, Obama fue a Nueva York a decir que la promesa se ha cumplido. El mandatario depositó ayer una sobria corona de flores, de los colores de la bandera estadounidense, en el emplazamiento que un día ocuparon las Torres Gemelas.
Tras guardar con la cabeza baja un minuto de silencio, Obama saludó a varios de los familiares de las víctimas de los atentados, entre ellos a Payton Hall, una niña de catorce años que perdió a su padre. El presidente había recibido el lunes una carta suya y solicitó explícitamente su presencia.
La ceremonia se desarrolló a la sombra del "árbol superviviente", que quedó desarraigado en el derrumbamiento y que se ha vuelto a plantar en la Zona Cero como símbolo de esperanza. A su conclusión, Obama se reunió en privado con cerca de sesenta familiares de víctimas del 11-S, como parte de una visita con la que el presidente quería ayudar a los neoyorquinos, y a los estadounidenses en general, a pasar la página y recordar que se ha cumplido la promesa de capturar, vivo o muerto, al hombre que estuvo detrás de los atentados, Osama Bin Laden, el líder de la red terrorista Al Qaeda.
Su primera parada en la ciudad fue la estación de bomberos que acoge al "Vehículo 54, Escalera 4", el equipo que más miembros perdió -quince hombres- en las tareas de rescate cuando se derrumbaron las Torres Gemelas tras estrellarse contra ellas dos aviones que fueron secuestrados por los terroristas. "Este es un sitio que simboliza el sacrificio extraordinario que se hizo en aquel terrible día hace casi diez años", indicó Obama, quien almorzó en esa estación y saludó uno por uno a cada bombero. En referencia a la muerte de Bin Laden aseguró: "lo ocurrido el domingo, gracias al valor de nuestros militares y el trabajo sobresaliente de nuestros servicios de espionaje, envía un mensaje a todo el mundo: Cuando decimos que no olvidamos nunca, lo decimos en serio".
"Nuestro compromiso para asegurarnos que se hace justicia es algo que va más allá de la política y los partidos. No importa quién gobierne, o quién esté al cargo, nos vamos a asegurar de que los autores de ese acto horrible reciban justicia", declaró Obama.
Además de saludar a los bomberos, Obama también visitó una comisaría de Policía, de donde partieron los primeros agentes que se personaron en las torres tras los atentados. Según declaró el portavoz presidencial, Jay Carney, la visita "es
apropiada para reconocer las terribles pérdidas que sufrió Nueva York el 11-S".
Aunque Obama había invitado a Bush a los homenajes de ayer, su portavoz, David Sherzer, explicó que "el ex presidente aprecia la invitación, pero ha decidido que este período post presidencial lo tenga fuera de las cámaras, pese a que celebra junto a los norteamericanos esta victoria sobre el terrorismo global".