El expresidente y heredero de la constructora brasileña Odebrecht, Marcelo Odebrecht, fue condenado ayer a 19 años y cuatro meses de prisión por los delitos de lavado de dinero y asociación ilícita dentro del caso Petrobas, por el que el viernes pasado fue llevado a declarar en forma coercitiva el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El empresario, que lideraba la mayor empresa constructora de América Latina, según medios digitales, estaba preso desde julio de 2015, acusado de participar en esa red de corrupción, y ayer recibió la sentencia judicial dictada en primera instancia por el juez federal Sergio Moro, quien lleva adelante el caso denominado Petrolao.
Además de Odebrecht, Moro condenó a los ejecutivos de la constructora Marcio Faria, Rogerio Araújo, César Ramos Rocha y Alexandrinho Alencar también por delitos de corrupción.
Según la sentencia, la constructora formó un cartel con otras compañías que manipularon contratos millonarios con la complicidad de ejecutivos de Petrobras. Entre las obras donde se fraguaron los contratos están la Refinería Abreu e Lima, en el estado de Pernambuco, noreste del país, y el complejo petroquímico Complejo Petroquímico de Río de Janeiro (Comperj), en Río de Janeiro, por sumas de 12.600 millones de reales (3.321 millones de dólares).
En la condena se afirma que Odebrecht utilizó cuentas en el exterior para pagar millones de dólares en sobornos a altos ex ejecutivos de Petrobras, como Paulo Roberto Costa y Pedro Barusco, ambos detenidos.
Tras conocerse la sentencia, trascendió que Oderbrecht podría optar por la delación premiada, un recurso clave en Brasil por el que a partir de la entrega de datos a la Justicia el acusado puede obtener una reducción en la condena.
A través de ese instrumento Moro obtuvo confesiones de empresarios y exgerentes de Petrobras que le permitieron reconstruir la cadena de complicidades establecidas para estafar a la petrolera.
En paralelo, en otra investigación abierta por la Fiscalía de Brasilia se realizan averiguaciones sobre el presunto tráfico de influencias de Lula en favor de Odebrecht.
Los fiscales sospechan que Lula hizo valer sus contactos para que Cuba contrate a Odebrecht para la construcción del puerto de Mariel que contó con financiamiento de 900 millones de dólares del Banco Nacional de Desarrollo Económico y social.
Pero en el marco de la causa Lava Jato por la que ayer fue condenado Odebrecht, el propio Lula fue indagado el viernes en San Pablo y está previsto que vuelva a declarar la semana próxima.
El Ministerio Público Federal (Fiscalía) considera que existen ‘indicios serios‘ de que Odebrecht y la empresa constructora OAS pagaron de manera ilegal la remodelación de una quinta en Atibaia, interior de San Pablo, que sería propiedad de Lula.
Los fiscales de Paraná también sospechan que Odebrecht y OAS financiaron las refacciones a un departamento en la playa de Guarujá, en el litoral paulista, que también puede ser propiedad de Lula da Silva.
Al respecto, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer un recurso ante la Corte Suprema para que se suspendan las investigaciones de corrupción en su contra mientras se resuelve un posible conflicto de competencias entre dos tribunales al considerar que en este último caso no es competente la fiscalía de Paraná, que sí lleva el caso de Petrobras. Fuente: Télam, Efe