Multitudinario. Ante una multitud de personas, Francisco pidió ayer en su mensaje navideño por la reconciliación en lugares desgarrados por conflictos.

Las "diferencias no son un daño o un peligro, son una riqueza", destacó ayer el papa Francisco 
en el tradicional mensaje de Navidad pronunciado desde la logia central de la basílica de San Pedro.

Jorge Bergoglio deseó "fraternidad entre personas de toda nación y cultura", "entre personas con ideas diferentes, pero capaces de respetarse y de escuchar al otro" y "entre personas de diversas 
religiones".

"La salvación pasa a través del amor y el respeto de nuestra humanidad, que todos compartimos en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad", señaló antes las decenas de miles de personas concentradas ayer en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.

"Entonces, nuestras diferencias no son un daño o un peligro, son una riqueza. Como para un artista que quiere hacer un mosaico: es mejor tener a disposición teselas de muchos colores, antes que de 
pocos", destacó.

Deseó que en esta Navidad "redescubramos los nexos de fraternidad que nos unen como seres humanos y vinculan a todos los pueblos". Y entonces Francisco, como cada año, repasó los lugares donde se viven conflictos y rogó para que "israelíes y palestinos retomen el diálogo". Recordó también Siria "para que vuelva a encontrar la fraternidad después de largos años de guerra".

Instó a que la comunidad internacional "se esfuerce firmemente por hallar una solución política que deje de lado las divisiones y los intereses creados para que el pueblo sirio, especialmente quienes tuvieron que dejar las propias tierras y buscar refugio en otro lugar, pueda volver a vivir en paz en su patria".

Expresó la esperanza de que la tregua alcanzada en Yemen "pueda aliviar finalmente a tantos niños y a las poblaciones, exhaustos por la guerra y el hambre". Y su pensamiento fue también a África, "donde millones de personas están refugiadas o desplazadas y necesitan asistencia humanitaria".

Que la Navidad, pidió el pontífice, "fortalezca los vínculos fraternos que unen la Península coreana". También deseó que "este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia". Y que en Nicaragua "no prevalezcan las divisiones y las discordias". Pidió que las comunidades cristianas y todas las comunidades minoritarias puedan "vivir en paz y que vean reconocidos sus propios derechos, sobre todo a la libertad religiosa".

Fuente: Efe