Londres, 16 de septiembre.- Los comentarios del Papa a periodistas que lo acompañaban en su avión fueron su mea culpa más explícito hasta ahora sobre el escándalo de abusos sexuales que manchó la reputación de la Iglesia, un asunto reavivado con la reciente revelación de cientos de nuevas víctimas en Bélgica, 13 de las cuales se suicidaron.


Benedicto dijo también que los sacerdotes abusadores nunca deben tener acceso a los chicos, por considerar que padecen una enfermedad que no se cura sólo con ‘buena voluntad‘.


La gira de cuatro días, la primera visita de estado de un Papa en la historia británica, llega rodeada de polémica por los abusos.


El papa Benedicto aterrizó en el aeropuerto de Edimburgo, y la primera reunión que mantuvo fue con la Reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y cabeza de la Iglesia de Inglaterra, en su palacio en Escocia.


El Papa fue recibido en el aeropuerto por el marido de la reina, el príncipe Felipe.
Más temprano, respondió a preguntas enviadas por anticipado por los periodistas que viajaban con él al Reino Unido.


El Pontífice dijo sentir ‘tristeza porque la autoridad de la Iglesia no fue lo suficientemente vigilante ni lo suficientemente rápida y resuelta para tomar las medidas necesarias‘ a fin de frenar el abuso y evitar su recurrencia, informó la cadena CNN.


Familiares de las víctimas de abusos y activistas planean protestas contra el Papa, varias remeras de ‘Papa No‘ fueron vistas en Londres, donde también comenzaron discusiones públicas sobre la exigencia de celibato para los sacerdotes católicos.


El Reino Unido es un país secular donde los católicos son una minoría. La Iglesia de Inglaterra fue fundada en 1534 por el rey Enrique VIII tras una agria disputa y ruptura con Roma.


Consultado sobre las protestas, Benedicto admitió la oposición, y dijo que el Reino Unido tiene una ‘gran historia de anti-catolicismo. Pero es también un país con una gran historia de tolerancia‘, agregó.


El Papa dijo que las revelaciones de los abusos y su alcance fueron una ‘conmoción‘ para él, pero que esperaba una cálida recepción de los católicos y otros creyentes.


La visita incluirá la acostumbrada misa multitudinaria al aire libre, reuniones con líderes religiosos y hasta una ceremonia de beatificación de un cardenal inglés del siglo XIX.