El Papa Benedicto XVI exhortó ayer a los cristianos a que se queden en Tierra Santa y no abandonen el lugar de sus antepasados, ya que son necesarios -según dijo- para la paz y la reconciliación.
Este nuevo llamamiento lo hizo en Nazaret, la ciudad donde Jesús pasó su infancia. Ubicada en la norteña región israelí de Galilea, Nazaret es la ciudad árabe más grande del país, y de sus 65.000 habitantes, dos tercios son musulmanes y un tercio cristianos, dos comunidades que suelen llevarse bien pero que también atravesaron conflictos esporádicos.
Años atrás, activistas musulmanes indignaron a los cristianos con la construcción no autorizada de una mezquita cerca de la Basílica de la Anunciación, donde según los cristianos el ángel Gabriel comunicó el nacimiento de Jesús a la Virgen María. Israel demolió luego la mezquita.
"Tengan la valentía de ser fieles a Cristo y de permanecer en esta tierra. Es esencial que estén unidos, para que la Iglesia de Tierra Santa sea reconocida como un instrumento de comunión con Dios y de unidad de todo el género humano", dijo el Papa durante una celebración religiosa en el santuario de la Anunciación con obispos, sacerdotes, movimientos eclesiales y operadores pastorales de Nazaret. Según datos del Vaticano, los católicos sólo son el 1,8 por ciento de la población en Israel y los Territorios Palestinos.
En el penúltimo día de su gira por Tierra Santa, el Papa ofició también una misa ante 40.000 personas en el monte del Precipicio, en las afueras de Nazaret. El monte del Precipicio es el lugar que la tradición cristiana identifica como el lugar narrado por el evangelista Lucas, que cuenta que Jesús fue conducido allí para ser asesinado, arrojándole por el abismo. En la ceremonia religiosa celebrada allí, el Papa defendió la indisolubilidad del matrimonio y pidió a los Gobiernos que apoyen a la familia.
También visitó la Gruta de la Anunciación, el lugar que según la tradición cristiana marca el sitio donde el arcángel Gabriel anunció a María que sería la madre de Jesús, y se reunió con los líderes religiosos de Galilea, entre ellos un imán y un rabino, con los que tomados de la mano invocaron la paz.
A su vez, tuvo un encuentro de 15 minutos con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. La cita fue en el convento de los franciscanos de Nazaret, donde hablaron de las amenazas del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad contra Israel.
El Papa irá hoy al Santo Sepulcro, mantendrá un encuentro ecuménico en la sede del patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén y se desplazará a la iglesia patriarcal apostólica armenia de San Jaime.