La ampliación del Canal de Panamá, una obra considerada vital para el comercio mundial, se enfrenta a una posible suspensión de las obras por un alza en el costo del proyecto debido sobre todo a problemas geológicos imprevistos.

El consorcio europeo Grupos Unidos por el Canal (GUPC). que lleva adelante la construcción, amenazó con suspender las obras por sobrecostos de 1.600 millones de dólares que quiere que asuma el país centroamericano. Problemas de sobrecostos como este determinaron la salida de Mendoza de la minera brasileña Vale que abandonó el proyecto Potasio Río Colorado. También el proyecto minero binacional Pascua-Lama vio dispararse los costos.

En julio del 2009, el consorcio GUPC se adjudicó el proyecto por un costo de 3.120 millones de dólares, una cifra considerablemente menor que las ofertas de otros dos competidores. El GUPC está integrado por la española Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan De Nul y la panameña Constructora Urbana.

José Peláez, gerente del proyecto de construcción de las esclusas en el Atlántico, dijo que las fallas geológicas que encarecen los costos fueron halladas en por lo menos 2.5 kilómetros en la zona del Pacífico y no fueron detectadas por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) antes de convocar la licitación.

‘Esta condición geológica, no previstas por GUPC y ACP, ha alterado las condiciones técnicas originales bajo las cuales GUPC licitó y es por ello que el sobrecosto debe ser asumido por la entidad licitante‘, dijo Peláez.

El representante de GUPC dijo que la culminación del contrato no sólo implica que el costo de la ejecución se pueda doblar o triplicar, sino que no habría garantías técnicas a futuro sobre el diseño que ofrecen.

El 1 de enero, GUPC dio un plazo de 21 días a APC para cumplir con los requerimientos de lo contrario podrían suspender las obras, lo que despertó la indignación de las autoridades locales, incluido el presidente panameño Ricardo Martinelli.

Desde el anuncio el mandatario ha mantenido intensas reuniones con la ministra de Fomento de España, Ana Pastor, y el presidente de la constructora española Sacyr, Manuel Manrique, para dialogar sobre el diferendo.

Sin embargo, todavía no han logrado resultados positivos.

La Autoridad del Canal de Panamá argumenta que el GUPC tuvo 14 meses para estudiar con detenimiento todos los componentes de la obra antes de presentar su propuesta.

El consorcio argumentó que cumplir con sus requerimientos ‘supondría la alternativa con menor coste y menor tiempo posible de ejecución‘ de las obras de ampliación, que iniciaron en 2007 y se prevé que estén listas en junio de 2015, nueve meses después de los estipulado en el contrato.

También dijo que el retraso registrado hasta ahora se debe principalmente al rechazo reiterado por parte de los técnicos de la ACP de la mezcla de cemento que debía usarse en el vaciado de las estructuras de las nuevas esclusas del Canal.

Por el canal, una zona estratégica que durante años estuvo bajo control de Estados Unidos, transita un 5 por ciento del comercio mundial.

La ACP ha dicho que el programa de ampliación del canal tiene un avance total del 72 por ciento, mientras que la construcción de nuevas esclusas, que lleva adelante el consorcio GUPC lleva un 65 por ciento de avance.