Buenos Aires, 13 de octubre.- Un nuevo Coliseo, con capacidad para dos mil espectadores, acaba de ser descubierto en el que fuera puerto de la Roma imperial, Ostia Antigua, como la han llamado para diferenciarla de la Ostia Moderna, donde se concentran los balnearios a las puertas de la capital italiana.

En Ostia Antigua, un yacimiento arqueológico en el que no se terminan de descubrir secretos, surgió ahora este anfiteatro del que nadie suponía la existencia en un puerto dedicado exclusivamente a la carga y descarga de mercaderías para la capital del Imperio, reportó la agencia italiana Ansa.

El monumento, que yace enterrado en un área de 140 hectáreas que ocupaba el llamado puerto de Claudio y Trajano, los dos emperadores que lo fundaron, fue descubierto por un equipo de arqueólogos ingleses que desde hace 6 años trabaja en la zona.

Situado a pocas decenas de metros del embarcadero, este Coliseo en miniatura, mucho peor conservado que el famoso de Roma -el monumento antiguo más visitado de Italia y de Europa-, medía 42 metros de largo por 38 de ancho y suponen que era el teatro-circo privado de la clase dirigente pues se erigía cerca del palacio imperial, donde vivía el prefecto del puerto.

El hecho de que el edificio estuviese reservado para algunas representaciones teatrales, pero sobre todo para peleas entre animales y entrenamiento de galadiadores, es la causa de su ausencia en los registros de la Roma antigua, ya que no se encuentran descripciones de él en ninguna fuente histórica.

El equipo inglés reconstruye palmo a palmo el puerto de Claudio y Trajano, que era casi una ciudad independiente con un foro, una zona sagrada, la típica urbanización romana hecha de manzanas cuadradas, tiendas, negocios y hasta casas.

Desgraciadamente, por falta de fondos, todo yace bajo un metro de tierra en espera de mejores tiempos económicos para obtener los millones de euros que permitirán dejar todo al descubierto para que lo disfrute el más común de los mortales.

Los arqueólogos utilizan un radar en miniatura que les permite dibujar la planta de Portus, como se llamaba la ciudad, y en ocasiones como ésta excavan el terreno en busca de estatuas u otros objetos de valor.

Así han deducido que el edificio constaba de tres pisos, estaba hecho de ladrillos y madera y sin mármoles preciados, razón por la cual se han conservado solo los cimientos.

Según Simon Keay, que dirige el relevamiento, el puerto de Claudio y Trajano rivaliza por belleza y majestuosidad arquitectónicas con el más famoso Foro Romano y asegura que la ingente inversión necesaria para volverlo a llevar a la luz sería pagada con creces por el crecimiento turístico que reportaría.

El equipo inglés acaba de levantar tiendas con motivo de la llegada del invierno boreal pero promete seguir los trabajos el año que viene, utilizando financiaciones propias que se agregan a los míseros 26 mil euros que suministra anualmente la Superintendencia de Bienes Arqueológicos de Roma.