Los mercados presionaron ayer sobre la deuda de España hasta colocarla en la frontera del rescate financiero, lo que obligó al presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, a aplazar sus vacaciones para reconducir la grave crisis, mientras la Unión Europea (UE) desmintió la existencia de un eventual plan de ayuda para este país.

La que se conoce como “prima de riesgo”, el diferencial entre el bono español a 10 años y el bono alemán al mismo plazo, hizo saltar las alarmas al dispararse tras la apertura del mercado hasta los 403 puntos básicos, el máximo histórico desde que España entró en el euro, aunque después se estabilizó y cerró en los 386 puntos, otro récord. El interés del bono a 10 años también superó todos los límites y se situó en el 6,4%, para luego fijarse en el 6,2%.

España cruzó así la peligrosa “línea roja” que para los expertos, la Comisión Europa (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), mide el umbral en el que el coste de salir a endeudarse es demasiado alto y amenaza el crecimiento.

Los tres países de la zona euro que ya recibieron ayuda financiera para evitar la quiebra, Portugal, Grecia e Irlanda, habían superado previamente la barrera de los 400 puntos en la prima de riesgo. También Italia, la tercera economía de la zona euro, batió un nuevo récord al llegar su prima de riesgo hasta los 385 puntos básicos.

Ante el ataque de los mercados a la deuda de España, Zapatero retrasó el inicio de sus vacaciones estivales, para seguir de cerca “la evolución de los indicadores económicos”, informaron fuentes del Ejecutivo.

El líder socialista anunció el pasado viernes un adelanto de las elecciones generales para el 20 de noviembre, cuatro meses antes de lo previsto, con el objetivo de “proyectar certidumbre política y económica”. Sin embargo, ni el anuncio de adelanto electoral ni el acuerdo entre republicanos y demócratas para elevar el techo de deuda de EEUU y evitar así la suspensión de pagos, tuvieron el efecto de alivio esperado sobre los mercados financieros.

En este contexto de recrudecimiento de la presión de los mercados sobre la deuda española, la Comisión Europea (CE) descartó que se esté discutiendo “un plan de rescate o ayuda” para el país ibérico. “No hay ningún plan de rescate” para España, afirmó la portavoz comunitaria de Mercado Interior y Servicios, Chantal Hughes, desde Bruselas.

Además, la vocera aseguró que la CE está “absolutamente convencida” de que las autoridades españolas están tomando las “medidas necesarias” para lograr la “consolidación fiscal”, y para que la economía “vuelva a su cauce”.

Zapatero, por su parte, siguió la evolución de la situación junto con su vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, y fue su portavoz, José Blanco, quien valoró la escala de la prima de riesgo y aseguró que se trata de una deriva de la “situación de EEUU” y la “volatilidad del mes de agosto”, cuando hay menos volumen de operaciones financieras.

El Presidente mantuvo, además, conversaciones con los principales dirigentes políticos del país, entre ellos el líder del opositor Partido Popular (PP) y candidato a la Presidencia del gobierno, Mariano Rajoy, al que las encuestas sitúan como claro vencedor en los comicios.