El esperado fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre el derecho al aborto, el cual se apresta a derogar de acuerdo a un borrador filtrado a la prensa, se espera para los próximos días, acrecentando la polarización entre el gobierno de Joe Biden y la oposición republicana, y entre grupos a favor de los derechos de las mujeres y los llamados próvida.

De acuerdo a la agenda del máximo tribunal -que tiene pendientes decisiones en temas polémicos como la inmigración y ayer ratificó el derecho al porte de armas en público- este mismo viernes podría emitir opinión, aunque no se especifica sobre cuál de los temas pendientes.

Los principales medios de Estados Unidos especulan que el fallo que pondría fin a décadas de protección al derecho al aborto se oficializará la semana próxima, antes de que la Corte Suprema cierre el actual período judicial.

El gobierno del presidente Joe Biden viene trabajando a contrarreloj desde que el 3 de mayo se filtró el borrador de la decisión para lanzar una serie de medidas que, en la práctica, salvaguarde de la manera más amplia posible el acceso de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo.

Biden optaría por un paquete de órdenes ejecutivas (decretos) que irán desde eliminar las restricciones para acceder al aborto con medicamentos hasta preparar al Departamento de Justicia para que combata leyes estatales que penalizan los viajes a otros estados para someterse a la práctica.

El plan de contingencia del gobierno demócrata también está buscando una alternativa para los inmigrantes indocumentados, quienes plantearon preocupaciones específicas a la Casa Blanca sobre las mujeres que acceden al aborto a través de las fronteras estatales, informó CNN.

Cuando que se filtró el borrador de la Corte Suprema, Biden facultó a altos funcionarios de su administración a reunirse semanalmente con los líderes de Planned Parenthood y NARAL Pro-Choice America para que la respuesta del gobierno esté en consonancia con la expectativa de los defensores del aborto.

La política de Estados Unidos, sumida en la mayor era de polarización desde la guerra civil, vivió un fuerte sacudón cuando el sitio especializado Politico difundió el borrador de decisión de la mayoría conservadora de la Corte Suprema que pondría fin al histórico fallo Roe vs Wade.

El documento, de 98 páginas y redactado por el juez Samuel Alito, califica la histórica decisión de 1973 que consagra el derecho al aborto como "atrozmente errónea desde el comienzo".

"Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes elegidos por el pueblo", escribió y agregó que "la conclusión ineludible es que el derecho al aborto no está profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de la nación".

La tensión entre grupos a favor y en contra del aborto fue in crescendo desde entonces con, incluso, un intento de asesinato de uno de los jueces conservadores, Brett Kavanaugh.

La alarma sobre la magnitud de la reacción social a partir del fallo final de la Corte Suprema es tal que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en su último boletín, consideró que la decisión judicial representa un verdadero detonante para casos de terrorismo doméstico.

El mes pasado se instaló una cerca no escalable de casi dos metros y medio de alto alrededor de partes del edificio de la Corte Suprema y fue bloqueado el acceso al lugar por la puerta principal como medida de prevención, mientras que desde la Casa Blanca se ha insistido en las reuniones con activistas en la necesidad de que la reacción de protesta se canalice en acciones sociales y no en manifestaciones violentas.