Desde México, donde recibió asilo, el depuesto presidente de Bolivia, Evo Morales, renovó sus denuncias en torno al golpe de Estado que lo derrocó, rechazó las acusaciones de fraude electoral, y lanzó fuertes críticas contra la Organización de Estados Americanos (OEA)

"Nunca en mi vida le he pedido a las instituciones que hagan cosas ilegales", afirmó Morales en una conferencia de prensa, la primera que brindó más allá de sus declaraciones ayer desde el aeropuerto al arribar a México.

Además, dijo que “la OEA está al servicio de EEUU”. “Debería llamarse Organización de Estados del Norte y no de América”, fustigó.

Morales fue depuesto el domingo en medio de protestas opositoras y la complicidad de las Fuerzas Armadas. El conflicto, que ya venía desde hace meses por la legalidad de un eventual cuarto mandato, se agravó a raíz de dudas que surgieron en el recuento de votos.

Los primeros resultados le daban una amplia victoria a Morales pero no suficiente para ganar en primera vuelta. Luego, tras una interrupción en el escrutinio, la ventaja se agrandó y le alcanzaba para evitar el balotaje.

Sin embargo, la OEA alertó sobre irregularidades por lo que finalmente Morales accedió el pasado domingo a llamar a nuevas elecciones. No fue suficiente y ante la presión opositora y militar debió renunciar y exiliarse en México.