Un cohete no tripulado de la NASA que busca ayudar a desarrollar un nuevo servicio de transporte espacial a la Luna, atravesó el firmamento ayer en un exitoso vuelo de prueba de seis minutos a un costo de 445 millones de dólares.

El cohete Ares 1-X de 100 metros de longitud, actualmente el más alto del mundo, despegó a las 11.30 hora local (12:30 de Argentina) desde una plataforma de lanzamiento espacial modificada en Cabo Cañaveral, Florida, en medio de una columna de llamas y humo. El prototipo del cohete Ares 1-X alcanzó una altura de unos 45.600 metros en seis minutos de ensayo. "Eso simplemente fue increíble, fue fantástico. Tengo lágrimas en mis ojos", dijo al equipo de lanzamiento el director del Centro Espacial Kennedy, Bob Cabana. Según la NASA esta es la primera vez que un vehículo nuevo es lanzado en el complejo, desde el primer despegue de un transbordador en 1981. Tras mantener encendidos sus motores por tan sólo cerca de seis minutos en el vuelo de prueba, el Ares 1-X llegó a una altitud de 45 kilómetros sobre la superficie del mar y alcanzó una velocidad equivalente a cerca de cinco veces la velocidad del sonido. En ese momento el tanque de combustible sólido se separó, desplegó sus paracaídas y descendió al Océano Atlántico, unos 240 Km al este de la Florida, donde será recuperado por naves estadounidenses para su inspección. El nuevo cohete de prueba es la pieza central de un programa de la NASA que busca comprobar diseños de vehículos que reemplazarían a los transbordadores espaciales de la agencia. Los transbordadores espaciales serán retirados el próximo año después de seis misiones más para completar la estación espacial.