Un error de pilotaje provocó el accidente del vuelo entre Río de Janeiro y París que se estrelló en aguas del Atlántico el 1 de junio de 2009 con 228 personas a bordo, según las conclusiones preliminares presentadas ayer por los investigadores.

Los miembros de la tripulación del AF447 no tenían la formación adecuada para responder de forma manual a un incidente técnico que detuvo el piloto automático hora y media después del despegue, por lo que tomaron decisiones erróneas. Según la Oficina de Investigación y Análisis, los pilotos no respetaron los procedimientos previstos en esas circunstancias y, con sus acciones, provocaron la pérdida del control del avión y que se situara en caída libre hasta estrellarse contra el mar, precisaron los expertos tras el análisis de las cajas negras.

Las sondas de medición de velocidad sufrieron un problema técnico derivado del hielo, lo que provocó que se apagara el piloto automático una situación que se puede subsanar con determinados protocolos.

Pero el copiloto, de 32 años, que en ese momento dirigía el aparato porque el comandante estaba en su descanso reglamentario, tomó una decisión que los investigadores no se explican: inclinó el avión más de diez grados, frente a los cinco que indican los procedimientos reglamentarios.

“Ninguno de los dos copilotos había sido formado para pilotar un avión de forma manual a gran altura”, indicó el responsable de la investigación, Alain Bouillard.