El pozo Macondo de la empresa BP se declaró ayer extinguido oficialmente, tras cinco meses de un derrame que vertió cinco millones de barriles de crudo al Golfo de México y se convirtió en la peor catástrofe ecológica en EEUU.

El pozo petrolero "está efectivamente muerto", indicó ayer en un comunicado el comandante del servicio de Guardacostas, Thad Allen, coordinador de la lucha contra el derrame.

Las pruebas de presión realizadas la noche anterior para comprobar que el sellado es hermético y resiste han tenido éxito, explicó.

Aunque el pozo está extinguido, seguimos comprometidos con nuestros denodados esfuerzos para limpiar cualquier mancha de petróleo adicional que pueda quedar", adelantó.

Tras la declaración de Allen, el presidente de EEUU, Barack Obama, en un comunicado distribuido por la Casa Blanca, expresó su satisfacción por el fin oficial del vertido y subrayó: "seguimos comprometidos a hacer todo lo posible para garantizar que la costa del Golfo se recupera por completo de este desastre".

Aunque Macondo queda declarado oficialmente muerto ayer, se cerrará tan sólo el primer capítulo del derrame de más de cuatro millones de barriles de crudo al mar y cuya limpieza tardará aún meses en completarse.

Hasta el momento, BP ha asumido un coste de 32.000 millones de dólares en compensación a los afectados por el vertido, y ha dispuesto otros 20.000 millones en un fondo administrado independientemente para hacer frente a las demandas.

El vertido comenzó después de que el 20 de abril la plataforma "Deepwater Horizon", gestionada por BP, estallara por causas que aún se desconocen, en un incidente que causó la muerte de once personas.