El Gobierno francés reforzó ayer aún más el dispositivo de protección antiterrorista, en una jornada en la que 700.000 personas se echaron a la calle en silencio a lo largo y ancho del país en homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas de esta semana, como aperitivo de la gran manifestación convocada para hoy en París.
El presidente francés, François Hollande, autorizó el despliegue adicional de 320 militares para proteger ciertas instituciones y
lugares de culto y mantuvo en su máximo nivel en la región parisina el plan antiterrorista Vigipirate, que incrementa la vigilancia de las principales infraestructuras.
La decisión se tomó en la quinta reunión de crisis celebrada por el Ejecutivo desde el atentado del miércoles contra la revista
‘Charlie Hebdo‘, que causó 12 muertos; el asesinato de una policía municipal el jueves en París y la toma de rehenes del viernes, que acabó con la muerte de cuatro personas y el secuestrador. Casi al mismo tiempo la policía ponía fin a las vidas de los hermanos Said y Cherif Kouachi, los autores materiales del atentado terrorista a Charlie Hebdo.
Ahora están tras los pasos de Hayat Boumeddiene, de 26 años, compañera sentimental del islamista radical Amedy Coulibaly, el terrorista que tomó el supermercado judío. Aunque no se ha emitido una orden de busca y captura contra la joven, los medios franceses han filtrado las sospechas de que se encontraba en Turquía en el momento de los hechos y de que desde ese país habría pasado a Siria.
La libertad de expresión y la tolerancia son las dos premisas que marcan la marcha masiva convocada para hoy en la capital francesa, que encabezará Hollande y estará secundada por numerosos dirigentes extranjeros, como la canciller alemana Angela Merkel; el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, o el primer ministro británico, David Cameron.
La llamada ‘marcha republicana‘, en la que se espera a centenares de miles de personas, movilizará a más de 2.000 policías y 1.350 militares para garantizar la seguridad de los asistentes, un despliegue ‘excepcional‘ para una protesta de la que no hay precedentes en Francia.
Francotiradores en los tejados, 150 policías de civil para proteger a los jefes de Estado o de Gobierno, 56 equipos de motociclistas o 24 unidades de fuerzas móviles dan idea de la dimensión de la cita, precedida hoy por protestas en todo el país.
Las marchas en las principales ciudades francesas, que transcurrieron en gran parte en silencio y con mensajes de solidaridad con las víctimas como el popular ‘Yo soy Charlie‘, reflejaron, según Valls, el ‘grito de amor por la libertad y la tolerancia‘ que el Gobierno espera que se repita hoy en París.
La formación ultraderechista Frente Nacional (FN), que se ha sentido excluida de la marcha parisina -no fue invitada formalmente por los partidos de izquierda que la convocaron- consideró ayer que esa manifestación es ‘sectaria‘ y se ha visto ‘secuestrada por los partidos‘ y llamó a sus simpatizantes a no participar en esa protesta, pero sí en otras fuera de la capital.
‘El rechazo a la barbarie nos concierne a todos en Francia‘, afirmó ayer su presidenta, Marine Le Pen, que tomará parte mañana en la organizada en Beaucaire, localidad del Sur del país gobernada por su partido, ganador en Francia de las recientes elecciones europeas.