Desde el corazón de la Amazonia, tierra ancestral de más de 350 grupos indígenas, con increíbles reservas minerales y forestales, Francisco salió hoy a defender con fuerza a los pueblos originarios y a lanzar un grito de alarma. "Los pueblos originarios amazónicos nunca han estado tan amenazados como ahora", alertó, en un fuerte discurso ante pueblos indígenas locales.
 

Francisco, que se convirtió en el primer Papa que llega hasta este sobrecogedor rincón del mundo, considerado la capital de la biodiversidad del Perú, también llamó a "romper con el paradigma histórico que considera la Amazonia como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes".
 

Para Francisco, autor de la primera encíclica sobre el cuidado del ambiente, Laudato Sí -texto que regaló a los grupos indígenas, traducido en sus lenguas-, fue un "must" viajar hasta este lugar, considerado uno de los dos pulmones del planeta. Una cuestión que considera crucial, tanto que quiso que fuera su primera cita de su maratón peruana, como destacó, que quiso también al centro de la atención con un sínodo para el Amazonas, que convocó para octubre de 2019.
 

Francisco denunció todo esto en un sobrecogedor encuentro que tuvo con 4000 representantes de pueblos de la Amazonia en el Coliseo Regional Madre de Dios de esta pequeña ciudad enclavada en la selva. "Francisco, gracias por tu visita", decían centenares de pancartas colocadas en el frente de humildes casa de techos de chapa o paja. La reunión arrancó con danzas, cánticos y músicas de decenas de diversos grupos de indígenas, algunos semi-desnudos, con plumas, rostros pintados y trajes autóctonos Y los sonidos de instrumentos ancestrales.