Roma, 30 de marzo.- El ex arzobispo de Buenos Aires presidía hoy la "liturgia de la luz", tal como la definió el vocero del Vaticano, Federico Lombardi. Durante la homilía, Francisco exhortó llamó a no perder la confianza ante las dificultades.
"No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos", dijo. "Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura" porque según el Papa, "es ahí donde está la muerte".
En ese sentido, Francisco llamó a no "cerrarnos a la novedad", porque ésta "transforma".
La ceremonia comenzó a las 16:30, con la basílica de San Pedro a oscuras; tanto el Sumo Pontífice como los cardenales vestían de blanco y llevaban velas.
Una vez encendido en el atrio el cirio pascual, una gran vela que simboliza a Cristo resucitado, y que sirve para alumbrar las velas de los fieles, se inició la procesión del Papa y sus ministros hasta el altar mayor, momento en que se encendieron las luces del templo.
"Es la celebración más rica y quizá la más bella" de la Semana Santa, había anticipado Lombardi.
El Papa argentino quiso que esta primera liturgia de la vigilia pascual que preside dure menos de lo que solía durar, unas tres horas, explicó Lombardi, y por eso simplificó la lectura del Antiguo Testamento.
Al final de la ceremonia, bautizó y dio el sacramento de la Confirmación a cuatro jóvenes de nacionalidad albanesa, italiana, estadounidense y rusa.