Autoridades alemanas acordaron ayer detener un convoy cargado de residuos radiactivos a menos de 50 kilómetros de su destino, el depósito de Gorleben (Norte del país), por las continuas acciones de los activistas antinucleares.

La decisión se tomó, tras comprobar que en las actuales condiciones, sin luz, con las fuerzas de seguridad exhaustas y centenares de activistas junto a las vías, resultaba impracticable continuar la marcha. El transporte fue asegurado en la localidad de Dahlenburg para evitar ataques, a la espera de que hoy a las 9 hora local (5 hora argentina) se celebre una reunión para decidir cómo y cuándo continuará el tren.