Los mineros de Atacama conmemoraron ayer el primer aniversario del derrumbe que dejó a los 33 sepultados 70 días bajo tierra con dos actos que, lejos del clima de unidad que se vivió durante su rescate, estuvieron marcados por las protestas contra el presidente, Sebastián Piñera por parte de jóvenes estudiantes que reclaman por una educación pública y gratuita.

El mandatario, acompañado de su mujer, Cecilia Morel, participó en la ceremonia ecuménica que se celebró al aire libre en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria de Copiapó, en el Norte de Chile, a la que asistieron 27 de los mineros y sus familiares.

El presidente, que durante el rescate alcanzó también sus mejores niveles de popularidad, llegó a este primer aniversario con la aprobación más baja de un mandatario en 21 años de democracia y afectado por las crecientes movilizaciones sociales, en especial de estudiantes.

En el segundo acto, celebrado en el Museo Regional de Copiapó, Piñera entregó a esa institución del papel, redactado por José Ojeda, en el que los mineros anunciaron, el 22 de agosto de 2010, que estaban “bien en el refugio los 33”, así como la cápsula Fénix 2, que en octubre los sacó de las entrañas de la tierra.
Los dos simbólicos objetos son desde ayer patrimonio nacional.