Las emisiones de gases contaminantes aumentaron el año pasado a unos niveles récord, una situación que disipa las esperanzas de controlar el calentamiento global de la Tierra, según una estimación de la Agencia Internacional de Energía
(AIE).

El máximo de emisiones de gases de efecto invernadero alcanzado en 2010 en el mundo, de 30,6 gigatoneladas, es un 5% superior al anterior, que databa de 2008, de 29,3 gigatoneladas.

Para que el nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera se limite al que los científicos consideran prudente para que el calentamiento global no sea de más de dos grados, el incremento de emisiones de aquí a 2020 debería ser no superior al constatado el pasado año, precisó la AIE en un comunicado.

En concreto, el volumen de dióxido de carbono en 2020 no habría de superar las 32 gigatoneladas, de forma que la concentración de CO2 fuera de unas 450 partes por millón, frente a las alrededor de 430 estimadas en 2000.

La agencia advirtió de que un 80% de las emisiones procedentes de la producción eléctrica que se esperan para 2020 ya están comprometidas, a la vista de las centrales que están en funcionamiento y las que se están construyendo.

En 2010, un 44 % del CO2 procedió de la combustión del carbón, el 36% del petróleo y el 20% del gas natural.
Los gases de efecto invernadero se habían reducido en 2009 por efecto de la crisis económica, pero el pasado ejercicio volvieron a crecer, sobre todo en los países en desarrollo -principalmente China y la India-.

Así, aunque los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) siguen representando un 40% del CO2 generado en el mundo, sólo contribuyeron en un 25% al incremento constatado en 2010. No obstante, en términos relativos, cada ciudadano de la OCDE genera una media 10 toneladas de ese gas, considerado el principal causante del efecto invernadero.