La congresista estadounidense Gabrielle Giffords llegó ayer a Houston (Texas, EEUU) para ingresar en un centro de rehabilitación, tras abandonar el hospital de Tucson (Arizona) en el que se recuperaba de la herida que sufrió en el tiroteo del pasado 8 de enero.

La congresista fue trasladada al Centro Médico Hermann-Texas donde la sometieron a un chequeo antes de ingresar en el centro de rehabilitación TIRR Memorial Hermann, informó la cadena CNN. Giffords abandonó ayer en la mañana el hospital de Tucson en una ambulancia, precedida por una hilera de motociclistas del cuerpo de veteranos de guerra.

Junto a ella viajaba su marido, el astronauta Mark Kelly, su madre, dos miembros de su equipo en el Congreso y el cirujano traumatólogo que la atendió en Tucson, Peter Rhee, informaron los medios locales.

A su paso por las calles cortadas de la ciudad, docenas de personas se congregaban en las aceras en señal de apoyo a Giffords, que sobrevivió al tiroteo.

Giffords, cuya recuperación ha sido calificada de "extraordinaria" por su marido, superó las intervenciones quirúrgicas con éxito y en pocos días pasó de estado "crítico" a "serio".

El miércoles fue capaz de ponerse de pie e incluso juguetear con la pantalla de un iPad y ayer disfrutó de los primeros rayos de Sol desde su silla de ruedas en una de las secciones del hospital.

Según sus médicos, la congresista permanecerá en el centro de rehabilitación cerca de uno o dos meses, hasta que ya no necesite cuidados médicos las 24 horas.

Mientras, el responsable del tiroteo, Jared Loughner, fue acusado el miércoles por un jurado federal de tres cargos, por el intento de asesinato de Giffords y dos de sus colaboradores. Loughner comparecerá de nuevo ante un juez federal el próximo lunes en Phoenix (Arizona).