La Gran Marcha del Retorno organizada por organizaciones políticas y civiles palestinas para reclamar por el derecho a regresar a los territorios ocupados por Israel comenzó este viernes con un baño de sangre en la Franja de Gaza: al menos 16 palestinos murieron por fuego israelí y casi 1.500 heridos. Así lo confirmó oficialmente el ministerio de Salud palestino, que llamó a la población a acudir a los centros médicos a donar sangre para socorrer al enorme número de heridos de bala.

La multitudinaria protesta de este viernes, a la que según el Ejército israelí asistieron 17.000 personas y según otros testigos 40.000, es la primera de una jornada que durará 45 días y terminará el 15 de mayo, en coincidencia con el aniversario de la Nakba (catástrofe, en árabe), que recuerda el exilio de cientos de miles de palestinos durante el conflicto que significó la creación del Estado de Israel en 1948.

El movimiento de resistencia islámica Hamas, que gobierna la Franja de Gaza desde hace una década, prometió una manifestación pacífica y emplazó a sus fuerzas de seguridad a 800 metros de la valla fronteriza, para evitar incidentes.

Israel advirtió toda la semana que el Ejército dispararía contra cualquiera que se acercara a menos de 300 metros del límite. El jefe del Estados Mayor, Gadi Eizenkot, dijo a una agencia europea citada por Télamque los soldados tenían la orden de disparar "a cualquiera que dañe infraestructura o si hay una amenaza peligrosa".

En la mañana del viernes, el Ejército apostó batallones de infantería adicionales en las inmediaciones de la valla y cerró los accesos a los puntos adyacentes a la Franja, que declaró zona militar cerrada y donde apostó tropas para impedir el paso a los civiles. Además, la Policía de Fronteras y la Nacional enviaron refuerzos al sur del país para actuar como segunda línea de defensa en caso de que hubiera palestinos que lograsen pasar la valla.

Según el diario español El País, Israel también pidió a los habitantes con licencia para tener armas que las portasen en todo momento ante la posibilidad de que se infiltren palestinos en el territorio. Las fuerzas de Seguridad también desplegaron una nueva línea de alambre de púa y usaron drones para lanzar gases lacrimógenos contra los manifestantes que se acercaban a la valla.

Los manifestantes, ondeando banderas palestinas y cantando eslóganes nacionalistas, se fueron acercando a la valla de seguridad que separa Gaza de Israel y superaron el límite de seguridad de 700 metros de distancia que habían programado los organizadores, con lo que la tensión fue en aumento.

El Ejército israelí aseguró que los manifestantes lanzaron "bombas incendiarias, piedras y neumáticos en llamas" y que las fuerzas de seguridad respondieron con "medios de dispersión y disparos contra los principales instigadores". Sin embargo, el ministerio de Salud palestino reportó que la violencia comenzó antes del amanecer, cuando un agricultor de 27 años que estaba trabajando en su campo fue alcanzado por un proyectil israelí en el sur de Gaza y que un granjero resultó herido.

Además de Gaza, los palestinos también se manifestaron en otras ciudades de Cisjordania como Ramallah, Belén, Hebrón y Nablus. Los manifestantes planean permanecer durante 45 días acampando en la frontera entre Gaza e Israel, para lo que ya levantaron campamentos con el objetivo de reclamar el derecho al retorno de decenas de miles de refugiados palestinos.

El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, dijo que la protesta es también un mensaje al presidente estadounidense, Donald Trump, y a todos los que apoyan su decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. "No se hacen concesiones en Jerusalén, no hay una alternativa a Palestina y no hay otra solución que el retorno" de los refugiados, afirmó el político.

Por su parte, el líder la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, aseguró que no se rendirán. "Lloramos a los mártires de nuestro gran pueblo y les decimos a sus familias que nuestro pueblo no se rendirá. La conciencia global deberá reconocer que la historia está en último lugar del lado de los derechos de los pueblos, y la tierra es el corazón de estos", aseveró.

El comienzo de la Gran Marcha de Retorno coincide con la conmemoración del Día de la Tierra, fecha en que los palestinos recuerdan la muerte, en 1976, de 6 manifestantes a manos de las fuerzas de seguridad israelíes durante una protesta por la confiscación de tierras.

Por la deriva violenta de la manifestación, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de urgencia a puertas cerradas para debatir sobre Medio Oriente y otros asuntos, según una nota difundida por el organismo internacional.