Una jornada de máxima tensión vivió Medio Oriente ayer, luego de que milicianos palestinos dispararan desde Gaza un misil de largo alcance contra Jerusalén. El cohete cayó en una zona deshabitada próxima a Jerusalén (algo que no sucedía desde la década de los 70) minutos después de que las sirenas antiaéreas de la ciudad sonaran por primera vez desde la Guerra del Golfo de 1991. El Ejército pidió a la población que se refugie.
Sin causar víctimas ni daños, el proyectil cayó al sur de la sagrada Jerusalén, que Israel designa como su capital. También ayer, por segundo día consecutivo, otro de los cohetes palestinos fue disparado contra la zona de Tel Aviv, el corazón diplomático, comercial y cultural de Israel, y activó las sirenas antiaéreas de la ciudad, pero la policía dijo que el proyectil cayó en el mar y no causó ni víctimas ni daños. Ese proyectil estuvo cerca de golpear Tel Aviv por primera vez desde la Guerra del Golfo en 1991.
Por su lado, el Ejército israelí intensificó ayer los bombardeos sobre la franja de Gaza, donde fuentes médicas elevaron a 29 la cifra de palestinos fallecidos desde que se inició el miércoles la ofensiva israelí ‘Pilar Defensivo‘.
El ‘efecto disuasivo‘ que Israel busca con su operación ‘Pilar Defensivo‘ tiene como objetivo ‘impedir que los palestinos en Gaza empleen el terrorismo contra Israel‘. La actual escalada se desató en Gaza luego de que Israel asesinara el miércoles al jefe militar de Hamas, Ahmed Yabari, en represalia por el lanzamiento de misiles palestinos contra Israel.
Este nuevo capítulo bélico en la región, que también dejó tres israelíes muertos, no parece que cese en el corto plazo. De hecho, el Gobierno israelí aprobó ayer la movilización de 75.000 reservistas para la operación ‘Pilar Defensivo’, en un indicio más de su intención de lanzar una invasión terrestre en la franja de Gaza.
Los 75.000 son la mayor cifra de reservistas movilizados en el país en décadas, muy por encima de los incorporadas a la guerra con Hizbulá en 2006 y a la ofensiva ‘Plomo Fundido’ en Gaza, dos años después.
Por su lado, el primer ministro egipcio, Hisham Qandil, llegó ayer en visita oficial a Gaza para mostrar su solidaridad con el territorio y se espera hoy la llegada del ministro de Exteriores tunecino, Rafik Abdelsalam. Durante la estancia de Qandil en la franja, las dos partes tenían que haber mantenido un alto el fuego de tres horas, que ninguna de ellas respetó.
En tanto, el Ejército israelí mató a otro líder del brazo armado de Hamas, a dos de sus hermanos y a un vecino en un ataque aéreo en el centro de Gaza mediante la técnica de ‘asesinatos selectivos’ que tanta efectividad le dio en el pasado ya que permite enfocarse en un solo objetivo. Esto elevó a 29 el número de palestinos muertos por fuego israelí desde el miércoles pasado. Ahmed Abu Yalal, uno de los líderes del brazo armado de Hamas, fue víctima de un ataque aéreo al este del campo de refugiados de Al Mughazi.
El Ejército israelí dijo que ejecutó más de 600 bombardeos contra Gaza desde el inicio de la ofensiva y que los grupos palestinos lanzaron unos 550 cohetes contra el sur de Israel en ese mismo lapso. Fuentes: Efe, Télam, Reuters
