En un desafío al Gobierno de Ecuador, la mayor organización de indígenas del país cerró rutas en tres provincias andinas en las que ayer entró en vigencia un estado de excepción para controlar unas manifestaciones que llevan seis días.

Las protestas se mantienen en Pichincha (cuya capital es Quito) y sus vecinas Imbabura (norte) y Cotopaxi (sur), con fuerte presencia de indígenas, que representan más de un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos, tras la declaratoria del estado de excepción en esos distritos por parte del Ejecutivo.

El bloqueo de vías se extendía así a 17 de las 24 provincias del país durante la mañana de ayer, de acuerdo al estatal Sistema de Seguridad ECU911.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) lidera las protestas en reclamo de una rebaja de combustibles tras subir en 90% (a 1,90 dólares) el galón de diésel y en 46% (a 2,55) el de nafta entre mayo de 2020 y octubre de 2021, fecha en la que los precios fueron congelados por presión de los nativos. Desde el año pasado plantea que disminuyan a 1,50 y 2,10 dólares, respectivamente.

Las manifestaciones, que han incluido marchas de estudiantes en Quito, han dejado hasta ayer al menos 83 heridos y 40 detenidos, según reportes de autoridades y organizaciones indígenas.

Luego de infructuosos llamados al diálogo, en el que quieren mediar la iglesia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y universidades, el presidente conservador Guillermo Lasso declaró el viernes pasado el estado de excepción por 30 días en Pichincha, Cotopaxi e Imbabura, las más perjudicadas por las protestas convocadas por tiempo indefinido.

"Me comprometo a defender el país", expresó el mandatario.