‘Hoy (por ayer) dejo sitio a una nueva generación. Mi hijo asume la responsabilidad de esta nueva función‘, dijo Beatriz de Orange, quien ya es princesa de los Países Bajos con tratamiento de alteza real, en un breve discurso.
Guillermo Alejandro se convirtió así en el primer varón que se sienta en el trono holandés en los últimos 118 años y con 46 años de edad el monarca más joven de Europa.
Al poner fin a su reinado de 33 años, Beatriz, de 75 años, le dio la mano a su hijo después de que ambos firmaran el acta de abdicación, al igual que hizo la ya reina consorte, la argentina Máxima Zorreguieta.
Los nuevos reyes de Holanda estuvieron acompañados de sus tres hijas, vestidas de amarillo y con flores del mismo color en el pelo, y de las que la mayor, Catalina Amalia, de nueve años se convirtió en la princesa de Orange, heredera del trono holandés.
Posteriormente, Guillermo Alejandro, Máxima y la ahora princesa Beatriz, salieron al balcón del Palacio Real a saludar a la multitud que se encontraba vivándolos en la céntrica Plaza Dam.
‘Mi querido hijo, el rey Guillermo Alejandro‘, dijo emocionada Beatriz antes de darle un beso al nuevo monarca de los Países Bajos.
‘Querida mamá, usted abdicó luego de 33 años conmovedores de los que le estamos muy agradecidos‘, afirmó Guillermo, con una sonrisa plena que era compartida por su madre y por Máxima.
‘En nombre de la reina, de los Países Bajos y del Caribe, quiero agradecerles la confianza que nos han dado. Muchas gracias‘, finalizó Guillermo Alejandro dirigiéndose a la multitud que los vivaba con un predominante color naranja en todas las vestimentas y banderas, en un clima de alegría popular.
Tras los saludos, salieron al balcón también las tres hijas de la pareja real -la mencionada Catalina Amalia, Alexia y Ariana- y la familia completa brindó la posibilidad de la foto más esperada por todos.
La firma del acta de abdicación se había producido ante la pintura mural ‘Moisés elige el consejo de los setenta ancianos‘, adquirido en 1737 por Jacob de Wit.
Estuvieron presentes y firmaron el acta, el primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, los presidentes del Senado y el Congreso de los Estados Generales de los Países bajos y los demás miembros de la familia real, entre otras autoridades.
Tras el breve discurso de Beatriz, su director del gabinete leyó el Acta de Abdicación, que después ratificó la ya princesa Beatriz.
Por último, los nuevos reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, cerraron la intensa jornada de su coronación con un paseo en barco por Amsterdam al son de la ‘canción del rey‘, mientras millones de fervorosos holandeses seguían la travesía desde la orilla o en pantallas gigantes.
El nuevo rey de Holanda y su mujer argentina Máxima Zorreguieta, flamante reina consorte, llegaron junto a sus tres hijas a uno de los muelles del río Ij para realizar ese paseo fluvial, que puso el fin a sus actividades oficiales en el día en que la reina Betariz abdicó en su primogénito tras 33 años en el trono.
Para el final quedó un concierto que dio el violinista André Rieu y una lírica australiana que generó gran emoción cuando cantó "No llores por mi Argentina".