El ex mandatario izquierdista Tabaré Vázquez se impuso ayer en las elecciones presidenciales de Uruguay, pero no logró los votos suficientes para evitar un balotaje en noviembre con su joven rival conservador Luis Lacalle Pou, según sondeos a boca de urna. El postulante del Frente Amplio, la coalición que gobierna el país desde el 2005, obtuvo entre 44 y 46% de los votos, superando el rango de 31 a 33% de su contrincante del Partido Nacional.

‘Con este escenario no hay favoritos‘, señaló el politólogo Daniel Chasquetti por Canal 12. ‘En cierto momento parecía que ganaba Vázquez y en otro Lacalle Pou, pero ahora no se sabe. Vamos a ir a un final parecido al de Dilma y Aécio‘, dijo aludiendo a las elecciones de Brasil que se dirimieron ayer en un cerrado balotaje a favor de Rousseff.

Vázquez, un oncólogo de 74 años que llevó por primera vez a la izquierda al poder en el 2005, busca consolidar las políticas de su gobierno y las de su sucesor José Mujica, que permitieron estabilidad económica, bajar la pobreza a menos del 12 por ciento y aprobar iniciativas progresistas como el matrimonio del mismo sexo, el aborto y la legalización de la marihuana, proyecto pionero en el mundo.

A pesar de todo, muchos uruguayos se quejan por los altos impuestos que paga la clase media, el deterioro en el sistema de salud y una mayor inseguridad en las calles. ‘Mi descontento no es sólo con las políticas asistencialistas, también con las leyes que aprobó, que son malísimas para el país. Matamos bebés y van a vender marihuana, ¿pero dónde se ha visto?‘, se quejó Adriana Herrera, una jubilada de 68 años.

Capitalizando ese descontento, Lacalle Pou, un abogado de 41 años hijo de otro ex presidente, logró refrescar el anquilosado rostro de los partidos tradicionales para convertirse en la opción de la renovación. En la segunda vuelta, Lacalle Pou podría lograr el apoyo del tradicional Partido Colorado para convertir el balotaje del 30 de noviembre en la elección más reñida en 20 años. Lacalle Pou, un joven aficionado al surf y padre de tres hijos, asegura que mantendría en reglas generales el rumbo económico que llevó a Uruguay a acumular más de una década de expansión a un ritmo mayor al 5 por ciento anual en promedio y reducir el desempleo a mínimos históricos.