Mientras funcionarios de Naciones Unidas anunciaban ayer el fin de los operativos de búsqueda y rescate, ocurrió un milagro tan fuerte como una "resurrección". El haitiano Exantus Wismond creía que había pasado seis días sepultado y llevaba once. Ayer salió con vida tras quedar enterrado bajo los tres pisos de un edificio que se vino abajo, sumándose así a los más de 130 rescatados de las ruinas.

Fueron unos saqueadores de los que abundan por el "Centre Ville" los que en la mañana de ayer advirtieron que salían voces o ruidos de entre las ruinas y dieron el aviso a un periodista griego que pasaba por allí, quien a su vez pasó la voz a un equipo de socorristas de su país.

Exantus, dependiente de un comercio de la calle Dessalines, tiene un hermano que nunca perdió la esperanza: Jean Pierre cuenta que pasó por el derruido comercio un día y otro, porque algo le decía que su hermano, "el que más quería", estaba vivo. Sus otros tres hermanos ya habían tirado la toalla.

Jean Pierre cuenta además que tuvo un sueño: en él, Exantus le recriminaba que lo hubieran dejado solo, y él le respondía: "No, hace mucho que te buscamos por todas partes, pero no sabemos dónde estás". Cuando los equipos de rescate griegos pidieron ayuda a un grupo de franceses -de bomberos, la gendarmería y la Protección Civil-, pudieron establecer comunicación con Exantus y trajeron a Jean Pierre para que hablara con él.

"Me preguntó por todos los hermanos, por mi padre y mi madre, para saber si estaban bien. Yo le dije que sí, pero no le conté que nuestra casa se ha venido abajo", cuenta Jean Pierre, antes de añadir "tengo hambre".

La búsqueda de Exantus, un joven de 24 años, duró siete horas. Hubo tiempo para que se llenara la calle de periodistas y para que un grupo de marines estadounidenses intentaran desplazar a los franceses en este concurso de héroes en que se han convertido los rescates en Haití, mientras las autoridades dijeron ayer que oficialmente han contado más de 111 mil muertos.

"Se había quedado encerrado en una cavidad formada por varios bloques de hormigón. Tuvimos que taladrar el hormigón con mucho cuidado y luego apuntalar el espacio vital en que se encontraba, porque los escombros de los tres pisos sostenidos en un precario equilibrio podían aplastarlo de nuevo", explicó el oficial Fradian, de la Protección Civil francesa.

"Debido a la oscuridad, se pierden todas las nociones del espacio y el tiempo. El chico creía que llevaba seis días sepultado cuando en realidad son once", relató por su parte el teniente Courrier, del mismo cuerpo, mientras la ministra de Comunicación haitiana, Marie Laurence Lassec, desmentía que hubieran terminado las operaciones de rescate, tal como había anunciado Naciones Unidas.

Al salir Exantus en una camilla, entró luego en la ambulancia y el público, espontáneamente, prorrumpió en aplausos. Jean Pierre entró en la ambulancia para acompañar a su hermano, mientras la ambulancia dejaba atrás su tumba.

Exantus no sabe que su casa ya no existe. Cuando se restablezca, tendrá que buscar un lugar en la calle junto a sus hermanos y primos que han perdido todo, pero han encontrado al que creían perdido para siempre.