La crisis financiera global elevó en 6 millones la cifra de hambrientos y desnutridos en América Latina y el Caribe hasta llegar a un total de 53 millones de personas en 2009, según un informe publicado ayer. El documento de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), titulado recalca que la crisis de acceso a los alimentos "persiste y se ha profundizado" en los últimos tres años. Según cifras de la FAO, del año 1990 al 2006 se consiguió reducir de 53 a 45 millones las personas que pasaban hambre, pero de 2006 a 2009 se desvanecieron los avances logrados durante más de una década. "Éramos la única región del mundo que estaba progresando en la reducción del hambre hasta 2005", lamentó el director de la FAO para América Latina y el Caribe, el brasileño José Graziano, quien aclaró que en la región no escasean los alimentos, sino las oportunidades para acceder a ellos.
Para la FAO, un aspecto clave para luchar contra el hambre es la promoción de políticas públicas impulsadas por los gobiernos y la cooperación internacional en el caso de los países que cuentan con menos recursos. Hasta el momento, según Graziano, sólo Argentina, Guatemala, Brasil, Ecuador y Venezuela cuentan en su legislación con leyes para garantizar la seguridad alimentaria.