Helicópteros del Ejército brasileño aceleraron ayer las tareas de rescate y abastecimiento en áreas golpeadas por las inundaciones que dejaron al menos 665 muertos y contactaron a personas que habían estado aisladas por varios días.

Un helicóptero rescató a 5 personas, dijo la Fuerza Aérea en un comunicado, debido a que las mejores condiciones climáticas permitieron a las aeronaves recorrer con más facilidad las zonas más afectadas.

Cientos de personas estarían aún en áreas con riesgo de nuevos deslizamientos de tierra, algunas de las cuales se encuentran aisladas debido a caminos y puentes cortados, mientras que otros se niegan a salir por miedo a que sus casas sean saqueadas.

El Ejército está operando cuatro helicópteros desde una base improvisada en la cancha de entrenamiento de la selección de fútbol de Brasil en Teresópolis.

"Es imposible calcular cuántas personas están aún enterradas", dijo el vicegobernador de Río de Janeiro, Luis Fernando Pezao, a Reuters. "Nos basamos en los números de la morgue y el Cuerpo de Bomberos, pero todavía hay mucha gente enterrada", añadió.

Las autoridades no han dado una estimación oficial sobre el número de desaparecidos, pero el periódico local Folha de Sao Paulo dijo el lunes que hay 120 personas que no han sido halladas.

Por su parte el gobierno brasileño anunció la creación de un sistema nacional de prevención de desastres y el refuerzo de la estrategia de la Defensa Civil, luego de la tragedia.