A un mes de que la reina Beatriz abdique en su primogénito, Holanda ultima a pasos agigantados los preparativos para la entronización del príncipe Guillermo Alejandro, que el 30 de abril se convertirá en el primer rey varón que el país tuvo en los últimos 123 años.
El protagonismo corresponde a Ámsterdam, la capital del país y donde según marca la Constitución holandesa se tiene que firmar el acta de abdicación de los reyes, aunque para ello hay una estrecha colaboración con La Haya, cuyas autoridades realizan las gestiones para que no falte ni un mínimo detalle.
Esos preparativos, que van desde el acondicionamiento del pavimento de las calles a la designación de lugares especiales para manifestaciones de protesta, están en marcha desde que la reina Beatriz anunció su abdicación el pasado 28 de enero.
’Tres meses es muy poco tiempo para la organización de un evento de esta categoría, pero notamos que el entusiasmo de la gente crece a medida que se acerca el día’, declaró ayer la portavoz del municipio de Ámsterdam, Tahira Limon.
Acorde con ese contexto económico, el primer ministro, Mark Rutte, ya avanzó que la celebración será ’sobria’, siguiendo la política de contención de costes de los últimos años. Tampoco habrá regalos para la monarca saliente ni para la nueva pareja de reyes, que ya rechazó presentes para evitar gastos extraordinarios y solo pidieron el entusiasmo de los ciudadanos.
Sin contar gastos de seguridad, el evento costará a las arcas públicas 11 millones de euros, de los que 6 millones salen de las arcas municipales de Ámsterdam y los otros 5 de los presupuestos nacionales. ’Ámsterdam busca patrocinadores para financiar los gastos, para lo cual hay también cada vez más predisposición’, declaró el portavoz municipal.
La abdicación oficial tendrá lugar en el Palacio Real de Ámsterdam, ubicado en la céntrica Plaza Dam, tras lo cual la actual monarca y el recién nombrado rey pronunciarán un corto discurso en el balcón del palacio, y será retransmitida en directo por la televisión pública NOS.
La ceremonia será, en la Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva, cercana al Palacio Real, el mismo lugar en que la princesa Máxima y príncipe Guillermo Alejandro se casaron en 2002 y donde la argentina se ganó el corazón de los holandeses con las lágrimas de emoción que no pudo reprimir al escuchar el tango favorito de su padre. Con respecto a Jorge Zorreguieta tampoco estará presente el día en que su hija sea nombrada reina consorte de Holanda, una decisión de la misma argentina para no herir susceptibilidades por el pasado de su progenitor como ministro de Agricultura en el régimen de Videla.
A la ceremonia, asistirán también las tres hijas de los ahora príncipes de Orange (Catalina Amalia, que entonces será la heredera del trono, Alejandra y Ariadna), así como los miembros del Parlamento y del Senado holandeses. También reunirá a herederos de las casas reales europeas, y a los representantes de Gobiernos y embajadores.

