Honduras continúa ayer a la espera ante la insistencia del depuesto presidente, Manuel Zelaya, de intentar regresar a su país desde Nicaragua para retomar el poder tras el golpe de Estado del 28 de junio.
Mientras Zelaya pedía ayer en El Ocotal, localidad nicaragüense fronteriza con Honduras, que EE.UU. actúe "con fuerza" contra los golpistas para "saber realmente cuál es la posición" de Washington, sus seguidores seguían tratando de llegar hasta el puesto aduanero de Las Manos, por donde ingresó brevemente el viernes a suelo hondureño.
"Este movimiento no se rendirá, el presidente entrará al país con su pueblo", dijo el dirigente campesino Rafael Alegría, miembro del movimiento que exige la restitución de Zelaya.
